Cuando estemos viejos
y se nos achique el paisaje en los ojos,
y el sol del invierno se nos ponga flojo,
y nos cachetee la cara al espejo.
Cuando estemos viejos,
y tiemblen mis manos al tomar las tuyas,
y nos falte el llanto, la risa y la bulla
de estos diablillos que ya estarán lejos.
Cuando estemos viejos.
Cuando estemos solos.
Cuando no haya nada y nos duela todo.
Cuando solo exista la casa vacía
y anden en silencio tu sombra y la mía,
nos querremos tanto que nuestro cariño,
llenara la ausencia de nuestros diablillos,
(en la casa resonaran las dulces risas,
los tiernos gritos de aquellos ángeles que Dios nos dio,
los recuerdos se volverán suspiros
y llenos de paz seguiremos enamorados).
Cuando estemos viejos,
yo te lo prometo compañera mía…
Serán nuestros años plenos de dulzura.
Serán nuestras horas llenas de poesía.
Andaremos juntos viejitos inquietos
las cuatro estaciones de un mundo de nietos.
Y veras mi vida que miente el espejo...
pues seremos novios, cuando estemos viejos.