martes, 30 de noviembre de 2021

Personas maquiavélicas


 

La persona maquiavélica actúa con engaño y mala intención, se caracterizan por ser halagadoras, simulan que son honestas cuando en realidad no lo son, en consecuencia, acostumbran a decir lo que los demás desean escuchar, aunque sea mentira. La palabra maquiavélico puede ser sustituida por los siguientes sinónimos: pérfido, astuto, falso, mentiroso, controladores...

Para las personas maquiavélicas el mejor modo de manejar a sus semejantes es halagándoles y diciéndoles todo aquello que desean escuchar. En este perfil de personalidad habita un desapego emocional profundo combinado con una actitud cínica y un carácter carismático, haciendo de ellos grandes maestros de la manipulación y la estafa. En definitiva, configurando perfiles de compañeros afectivos de alto riesgo, dice la psicóloga Valeria Sabater.

“El poder maquiavélico es una forma de poder usada por individuos que emplean artimañas e hipocresía para conseguir el control sobre otros.”

En muchas ocasiones, la persona maquiavélica es tan fría y sinvergüenza, que para quienes no lo son, es difícil de creer que este tipo de gente exista. Esto ocurre, porque la persona que se encuentra en el polo opuesto al maquiavelismo, de entrada, no cree que pueda haber gente llevadas de tan bajos instintos que se comporte de forma tan inmoral. Pero la dura realidad es que sí, estas personas existen y no son fáciles de detectar.

Aparentemente no existen pruebas visuales que puedan indicarte que una persona sea maquiavélica. Por lo tanto, puede estar al lado de una y no darte cuenta. Tienen la capacidad de pasar desapercibidos, y esto hace que no quede expuesta su verdadera manera de ser. Por lo tanto, si en algún momento has sido seducido o embaucado por una persona maquiavélica, no es culpa tuya no haber detectado sus malas artes.

Para hacernos una idea del nivel al que se encuentra la persona maquiavélica, estamos hablando de que el maquiavelismo se encuentra dentro de la triada oscura. Por ende, no deberá sorprenderte ver en esas personas una desconsideración por la moralidad con el objetivo de alcanzar sus metas personales. Creemos saber cómo es una persona maquiavélica, pero en realidad, nadie más que el propio maquiavélico lo sabe. Por muy cercana que sea tu relación, puede ser que lo que estés viendo no sea real.

Steven Turner, el autor del libro 'Psicología Oscura', ya nos advierte que, no todos los individuos que emplean el poder maquiavélico, tendrán todos los rasgos propios de su calaña; pero sí que tendrán algunos de ellos que usen de forma frecuente:

Falsedad: La falsedad es una característica que, puede que no detectes que lo es contigo, pero sí con otros. Ser falso significa que, se comportará contigo de una forma, pero a las espaldas, será de otra. Es probable que no te enteres de qué dice de ti cuando tú no estás, pero puedes ver algún desliz de falsedad al hablar de otra persona que en ese momento no está presente.

Astucia: Como maestros del engaño y la picaresca, y combinando esto con la falta de moralidad, no es de extrañar que los maquiavélicos se salgan casi siempre con la suya. Saben cómo hacer que los demás hagan lo que ellos quieren, y que obtengan casi siempre lo que ellos quieren, no debe ser algo que nos sorprenda.

Creen que el fin justifica los medios: Qué decir de este punto si ya hemos visto que lo único que quieren es alcanzar sus objetivos. Piensan que, si el resultado es favorable para ellos, lo que haya que hacer en el proceso para lograrlo no llegará a ser nunca inaceptable. Y sí, también usan a otras personas para hacer el trabajo sucio, y si algo sale mal, no les pillarán a ellos con las manos en la masa.

Piensan que todo el mundo forma parte de su juego: No creas que los maquiavélicos ven al resto de personas como seres humanos. Simplemente, imagínate que nos perciben como peones a los que mover a su libre elección. En el ajedrez el objetivo es ganar y que el rey sobreviva. Pues para ellos es lo mismo, buscan ganar, sobrevivir y, si tienen que sacrificar algún peón para obtener lo que quieren, eso forma parte del juego.

Son excelentes controladores y manipuladores: Las víctimas de un maquiavélico pueden ser manipuladas y controladas a su libre elección. Es una habilidad que van puliendo y perfeccionando en su día a día. Esta perfección hace que, quien ha caído en la trampa no se percate de que está siendo manipulado. Así que, en muchos casos, la persona cree que lo que hace lo hace porque quiere, cuando en realidad ha sido manipulada para hacerlo.

No revelan sus verdaderas intenciones: Nunca sabrás cuales son las verdaderas intenciones de una persona maquiavélica. No importa que sea tu hermano, tu pareja, tu amigo o tu compañero de trabajo. Puedes hacer cosas por esa persona, pero nunca llegar a entender del todo la razón de hacerlas. Ya que, la causa común, nunca queda clara por completo. Recuerda que, sus planes son prioritarios y todo está muy bien estudiado para conseguir su objetivo. A diferencia de los sociópatas, las personas maquiavélicas tienen un control absoluto y perfecto sobre cada cosa que hacen en cada momento.

Las personas maquiavélicas piensan que utilizar a las personas para conseguir algo es una actitud natural, porque “hay un tonto que nace a cada minuto y que hay que sacar provecho de él”. Ahora bien, mientras en política no falta quien se entrena en estas artimañas para hacer uso de hábiles y calculadas estrategias con el fin de adquirir y retener el poder, en la vida diaria nos podemos encontrar a muchas personas que llevan a cabo este tipo de estrategias, en las que los demás son considerados un instrumento, de modo natural.

Realmente la mentalidad maquiavélica existe, abunda y deja secuelas en quienes la sufren, por ello es importante reconocer sus principales rasgos:

Sabe manejar el engaño, es astuto y usa estas artimañas en las relaciones interpersonales, intentan caer bien porque solo les mueve obtener beneficios.

Manipula a los demás y tiene una visión pobre de la naturaleza o de la moralidad de las personas. Son muy hábiles detectando debilidades ajenas.

Sueles ser envidiosos y empujados por una obsesión, están dispuestos a halagar a quienes le rodean para hacer que actúen en su propio interés, aunque el interés sea pisotear el honor de un hermano.

Son muy buenos planificadores, idean sofisticadas estrategias para manipular a los demás, hacen lo que sea por conseguirlo, aunque se destruya una familia. Saben utilizar su encanto para decir la palabra correcta en el momento preciso para llevarlos a su terreno y obtener con ello lo que se proponen.

De acuerdo con la forma de pensar de un maquiavélico, es conveniente halagar a la gente para sacar provecho, por eso son expertos en la manipulación para hacerte ver lo que ellos quieren que veas. Suelen influir de manera efectiva en los demás y tienden a iniciar y a controlar las interacciones sociales, para que no se le escape ningún detalle que se le pueda ir de las manos el plan trazado.

Una persona maquiavélica es capaz de identificar con precisión las situaciones en las que sus tácticas favoritas pueden funcionar. Son excelentes jugando con las palabras, tiene un pico de oro y son muy persuasivos. Pueden utilizar el poder de forma especialmente eficaz en los contactos cara a cara. Una de las tácticas que utilizan es mantener la calma y ser racionales en cualquier situación, creando una estructura social que facilita sus metas personales a expensas de los demás.

Los únicos lobos a los que debemos temerles son aquellos que llevan piel humana puesta. George R.R. Martin.


Fotografía: Internet

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