viernes, 23 de abril de 2021

Historia de la lengua española

 


Sabemos que, el día 23 de abril fue elegido como «Día Internacional del Libro», pues supuestamente coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616. Tres autores que han traspasado fronteras y que hoy en día se han convertido en referencia imprescindible de la literatura universal. Por ese motivo la UNESCO eligió ese día como Día Internacional del Libro y los Derechos de Autor. Aunque la justificación inicial para haber escogido esta fecha fue la muerte de Cervantes, en realidad este falleció el 22 y fue enterrado el 23, que es cuando se consignó su fallecimiento; por su parte, Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano.

Un mismo día para celebrar el idioma español. El español o castellano es una lengua romance procedente del latín hablado. Pertenece al grupo ibérico y es originaria de Castilla, reino medieval de la península ibérica.

Hablar de la historia de la lengua española es hablar del arcipreste de Hita. El origen de la lengua castellana tiene lugar con el latín, que era el idioma hablado en el Imperio Romano. Fue el latín vulgar el que permitió el nacimiento de esta nueva lengua.

Con la caída del Imperio Romano, el latín culto perdió su esfera de influencia. El latín hablado por el vulgo adquirió mayor importancia. Con el paso del tiempo, los hablantes comenzaron a hacer que el latín mutase, lo que permitió el nacimiento de diversas lenguas vernáculas.

Una de estas lenguas vernáculas era el florentino -que daría origen al italiano estándar-, y el español antiguo, que después formaría las distintas variantes del español que existen hoy en día, incluida el castellano.

Caída del Imperio Romano. La lengua castellana se originó después de la caída del Imperio Romano. La influencia de este imperio había hecho que el latín fuera la lengua dominante en Europa. Sin embargo, cuando el imperio perdió su poder, lo mismo sucedió con el latín culto, que fue relegado.

Invasiones bárbaras. En el siglo V, se producen las invasiones de los pueblos bárbaros, entre los que destacaron los visigodos. Estos pueblos llegaron a la Península Ibérica y tuvieron que adoptar el latín vulgar para poder comunicarse. Como legado, dejaron una serie de palabras que se emplean hoy en día y que son llamados germanismos. Entre estos destacan:

Aspa, Espía, Este, Ganso, Guardia, Norte, Oeste, Sur, Tapa…

Invasiones árabes. En el siglo VIII, se dan las invasiones árabes. Esta cultura ocupó el territorio español por casi ocho siglos de forma ininterrumpida. Por este motivo, el lenguaje castellano incorporó una gran cantidad de palabras de origen árabe, entre las que destacan:

Las palabras que comienzan por al-: albañil, alcoba, alcantarilla, alfombra, almohada, albornoz, álgebra, alcohol, alambique, alcázar, alférez, alhelí, alfalfa, alcachofa, albaricoque, algodón, entre otras, y además, Azucena, azahar, azufre, azotea y azulejo…

Formación del castellano. En el centro-norte de España, ciertos grupos cristianos comienzan a oponerse a los árabes invasores. De este modo, empezó a surgir en Toledo (Castilla) una variante del latín, el castellano antiguo, que se transformó en el lenguaje estándar empleado en la escritura del siglo XIII.

Fueron diversos los aspectos que influyeron a la expansión del castellano. El más importante de todos fue la fuerza y el prestigio de Castilla, que lideró la lucha en contra de los moros.

Con la Reconquista (que es el nombre que recibió el movimiento para expulsar a los árabes), la influencia de los cristianos aumentó, hasta que finalmente los árabes fueron forzados a abandonar el territorio. El uso del castellano antiguo se expandió a la par que el cristianismo.

Así, esta lengua fue reemplazando los demás dialectos romances que se hablaban en el territorio, tales como el ladino hablado por los judío-españoles y las lenguas mozárabes, dialectos de origen romance con fuerte influencia árabe. Para el siglo XVI, gran parte de estos dialectos menores ya habían desaparecido.

Los escritos en la lengua castellana fueron otros de los elementos de peso que favorecieron la expansión de esta lengua. Se compusieron distintos poemas, sobre todo cantares de gesta, que narraban las historias de héroes medievales. Un ejemplo de esto fue el poema del Mío Cid.

En el siglo XIII, el rey Alfonso X de Castilla, mejor conocido como Alfonso el Sabio, dio el primer paso hacia la estandarización del castellano como lengua escrita. Para ello, convocó a los escribanos a su corte y les encomendó la redacción de textos en castellano sobre temas como historia, astronomía, leyes, entre otras áreas del saber.

Con las invasiones árabes, la lengua mutó nuevamente, dando como origen la formación de modalidades de lenguas romances derivadas del español: la aragonesa, la gallega y la castellana.

El castellano surgió durante el Medioevo, en el condado de Castilla, ubicado al sur de Cantabria, España. Tomó aspectos del latín, del árabe, del vasco y de las lenguas germánicas de los visigodos. Posteriormente, se expandió por el resto del reino y llegó hasta América gracias a la conquista.

Antonio Nebrija escribió el primer libro de gramática de esta lengua, titulado “Gramática de la lengua castellana”. En 1492 ofreció este libro a la reina Isabel, quien consideraba que el lenguaje era un elemento esencial para establecer hegemonía. Dicho libro fue de utilidad en la formación del Imperio Español.

“La Real Academia de la Lengua Española” es la fundación que se encarga de regular y normalizar el idioma español. Esta academia fue fundada en 1713. Entre los años 1726 y 1739, la Real Academia Española publicó su primer diccionario, el cual fue presentado en seis volúmenes. Y en 1771, se presentó el primer libro de gramática de la lengua española.

Desde entonces, se publican nuevas ediciones en las que se van añadiendo palabras y acepciones que son aceptadas y pasan a formar parte de la riqueza de la lengua, se reescriben las reglas del castellano, entre otros aspectos.

Aunque al español también se le denomine castellano por tener su origen en el reino medieval de Castilla, creo que hoy en día, tras siglos de evolución y de la fuerte influencia de otras lenguas, de la cuna castellana no le queda nada a la lengua, es más, nos cuesta leer el castellano, por tanto, el castellano ha mutado al español. Una lengua que ha seguido evolucionando y que está hoy más viva que nunca, creciendo cada día en número de hablantes en todo el mundo.

El arcipreste de Hita, cuyo nombre era Juan Ruiz (1283-1350), fue un escritor castellano del siglo XIII que dejó una honda huella en la literatura española a través de su obra: ‘El Libro del buen amor’. Aunque es su única producción escrita, ese manuscrito es considerado la obra cumbre de la literatura medieval española.

Su nacimiento se sitúa en Alcalá de Henares, Madrid, pero también en Jaén y Guadalajara, y se cree que nació en el año 1.283, su formación si le sitúa en Toledo.

Fue clérigo y como escritor, Juan Ruiz, en su papel de protagonista, se muestra como hombre y como clérigo, mantiene una narrativa en primera persona que a veces se muestra ambigua, pasando de las actitudes del clérigo a las del hombre carnal.

Deja entre ver la dualidad del ser que busca a Dios para hallar lo divino, y el individuo que necesita de las mujeres para saciar lo carnal, y de cómo nadie escapa de eso.

Quizá lo más genial de la creación del arcipreste de Hita fue usar su poesía para hacer su biografía de una manera tan magistral, llegando a marcar un hito e inmortalizándose con ella. A continuación, algunos de los versos en castellano que casi ni entendemos, con lo que nos queda claro que nada tiene que ver con el español que hoy hablamos.

 

De cómo todas las cossas del mundo son vanidat, si non amar a Dios:

 

Como dize Salamón, e dize la verdat,

que las cosas el mundo todas son vanidat,

todas son pasaderas, vanse con la hedat,

salvo amor de Dios, todas son liviandat.

 

E yo, desque vi la dueña partida e mudada,

dixe: ¡Querer do non me quieren, faría una nada,

responder do non me llaman es vanidat provada!

Partíme de su pleito, pues de mí es redrada.

 

Sabe Dios que aquesta dueña e quantas yo vi,

sienpre quise guarda[r]las e sienpre las serví;

si servir non las pude, nunca las deserví:

de dueña mesurada sienpre bien escreví.

 

 E, porque yo non podia con ella ansí fablar,

puse por mi mensajero, coidando recabdar,

a un mi conpañero; sóporne el clavo echar:

él comió la vïanda e a mí fazié rumiar.

 

Mucho seria villano e torpe pajez

si de la muger noble dixiese cosa refez,

ca en muger loçana, fermosa e cortés,

todo bien del mundo e todo plazer es.

 

Una fabla lo dize que vos digo agora,

que, una ave sola nin bien canta nin bien llora;

el mástel sin la vela non puede estar toda ora

nin las verças non se crían tan bien sin la noria. 

 

Fiz con el gran pessar esta troba caçurra;

la dueña que la oyere por ello non me aburra:

ca devriénme dezir neçio e más que bestia burra,

si de tan grand escarnio yo non trobase burla.

 

El español en una de las lenguas más hablada en el mundo. El poder, la fuerza y el orgullo de la lengua está en el número de hablantes y en las grandes obras literarias… Y ‘El Quijote’ es la obra más universal, un clásico eterno, pero la lista es ya interminable, porque escritores de ayer y hoy no dejan de crear historias inolvidables…

 

Fotografía: Internet

 

 

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