sábado, 28 de diciembre de 2019

Lecciones de la vida


Hay lecciones de vida que duelen aprender. Aprendizajes que nos hacen mejores personas, que nos brindan experiencia para enfrentar la vida, pero que no por esto se hacen fáciles ni agradables. 

Nos pasamos la vida preguntamos qué podemos hacer para tener éxito y pensamos que el día llegará cuando se den las condiciones perfectas para tomar las acciones correspondientes. Lo cierto es que la vida nos enseña muchas cosas que, a veces no somos capaces de entender o de explicar. Sin embargo, de una manera u otra, hay cientos de lecciones de vida que nos llegarán a todos, a pesar de que podamos o no hacer uso de ellas.

Muchas de estas lecciones de vida llevan mucho tiempo con nosotros, sin embargo, a veces optamos por ignorarlos, no obstante aplicarlos nos permitiría sentirnos mucho mejor y con mayor bienestar en nuestra vida.

La vida nos da lecciones, lecciones que nos ayudan a vivir la vida con los pies en el suelo y la mirada al frente. Las lecciones de la vida son aprendizajes que invitan a vivir de otra manera, más tranquila, más apacible, más realista, más placentera… 

En la vida hay tres cosas que no vuelven atrás: la flecha lanzada, la palabra pronunciada y la oportunidad perdida. Proverbio chino. 

No pierdas oportunidades. Vive la vida sin miedo y deja de quejarte. Antes de quejarte, mira a tu alrededor y da gracias por lo que tienes.

Lo importante es luchar para vivir la vida, para sufrirla, para gozarla, perder con dignidad y atreverse de nuevo. La vida es maravillosa si no se le tiene miedo. Charlie Chaplin. 

Sé sincero es mejor que mentir. El amor es aceptar al otro. El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico, el verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es. 

Con cada día que vivo estoy más convencida de que el desperdicio de la vida radica en el amor que no se ha dado, en los poderes que no se han utilizado, en la prudencia egoísta que no arriesga nada y que, evitando el dolor, nos impide alcanzar la felicidad. Mary Chomodeley. 

Cada persona tiene su propia visión del mundo. La manera en la que tú ves el mundo es tu versión personal de él. Puede que nadie más comparte la misma versión de tu realidad. 

No existe falta de tiempo, sino de interés. Existe falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad. Hay que saber encontrar el sentido de la vida. 

Recuerda que el sentido de la vida no es precisamente el de obtener todo lo que queremos sino más bien en saber compartir todo lo que tenemos y sabemos. 

Conquista tus miedos. La vida es corta, rompe las reglas, perdona rápido, besa despacio, ama de verdad, ríe abiertamente y nunca te arrepientas de algo que te hizo feliz. 

«Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo». Nelson Mandela. 

Aprecia lo que tienes. En ocasiones no valoramos a las personas que están más cerca de nosotros. Esos familiares con los que siempre podemos contar o esos amigos que siempre están dispuestos a tendernos una mano. No esperemos a perderlos para apreciarlos. 

Cuida a tus amistades. Una amistad no crece por la presencia de las personas sino por la magia de saber que, aunque no las ves las llevas en el corazón. 

Valora a quien es real. La verdadera amistad no se trata de quién vino primero o de quién te conoce más tiempo. Se trata de quién llegó y nunca se fue y que está ahí para que cuentes con él.

Cuida a las personas. Si no cuidas al que está a tu lado en el presente, no esperes verle en el futuro, pues para entonces ya serás su pasado.

Valora a la familia. La familia es el pilar en el que se apoya la sociedad. La familia es un grupo de personas unidas por lazos de cariño y de sangre. La familia se fortalece cuando cada miembro cumple con el rol que le corresponde, respetando, valorando, agradeciendo y colaborando. Solo los hijos egoístas y desagradecidos avasallan a sus padres con trato vejatoria y exigente. Hoy hay muchas familias rotas que sufren escarnio, hijos que pisotean a sus padres y hermanos a hermanos. La buena familia crea hogar, donde reina la armonía, el respeto, la alegría de ser y compartir.

La familia no siempre es de sangre. La familia son las personas que están en tu vida y que te quieren en la suya. Son aquellos que te aceptan por quién eres. Aquellos que harían cualquier cosa por verte sonreír y aquellos que te aman sin importar nada. Muchas personas no encuentran en su familia de sangre el apoyo que otras personas sí les dan y esto es así porque la sangre no es lo más importante cuando hablamos en términos de amor. 

Al pasar por un momento difícil es normal que tengas una visión de «vaso medio vacío». Estos consejos de la psicóloga, Raquel Aldana, nos abre la mente para estar atentos a todo lo que nos envuelve y nos influye en la toma de decisiones. Tener claro ciertos puntos nos evita perdernos lecciones de vida valiosas. 

Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias. Eduardo Galeano.

Dicen, que las buenas personas dan felicidad y las malas lecciones… Yo como persona, soy más fuerte porque la vida me ha obligado a serlo, más inteligente, porque cometí errores, más feliz por la tristeza que he conocido, y ahora más prudente porque he aprendido. 

La vida siempre te ofrece una segunda oportunidad; es lo que llamamos mañana. Hay que pasar al siguiente capítulo en la vida cuando llegue el momento. No debemos quedarnos atrapados en la misma página para siempre. 

A veces, cuando parece que todas las piezas se están cayendo a pedazos, en realidad pueden estar cayendo en su lugar. Acepta lo que eres, deja de lado lo que fuiste y ten fe en lo que serás.

Fotografía: Pexels

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