martes, 18 de marzo de 2014

Mi fuente de poesía


Viajo por cuenta propia por las letras.
Me sumerjo en un catálogo de exposiciones.
Mis versos vienen como una gran herida
de experiencias muertas y vidas reales.

A veces como una comprensión oscura
otras, como esperanzas yacentes.
Sombras y luces se entrecruzan
con un fondo ilusionado y palpitante.

Quisiera gritar lo que me ahoga.
Para alivio tendría que quejarme.
Callo tantas veces mis penurias.
Procuro de las penas alejarme.

En mis manos inexistente, la materia
con un canto de agonía resquebrajante.
A lo lejos una luz que me alucina
con destellos que bailan imparables.

Ese brillo tan intenso no me ciega
me presenta los caminos que trasciende.
Sin agonías ni silencios que se entregan.
Olvidos que galopan en toboganes.

Vivir lo que he vivido no me asusta.
Ni la cuna que aún arrulla mis raíces.
Ni los aires limpios y puros que alimentan
a la tierra donde brotan mis amores.

Por siempre daré gracias a la vida
que me ha colmado de alegrías y favores.
Mis padres son mi fuente de poesía.
Lo mejor de mi alma para mis padres.