domingo, 21 de agosto de 2011

Urgente…

Un hombre al final de un embarcadero.


Urgente… Reflexión de Facundo Cabral, para hacernos ver lo importante que es vivir y sentir la vida. «Ayer soñé que podía y hoy puedo».

La vida de este hombre es increíble e interesante, nació como predestinado al fracaso y al olvido, pero él, cual ave Fénix, resurge de su propia miseria y elige el rumbo para orientar su vida.

Facundo Cabral (Rodolfo Enrique Cabral) nació en La Plata, Provincia de Buenos Aires (Argentina) el 22 de mayo de 1937. Tuvo una infancia dura y desprotegida: su padre abandonó el hogar antes de él nacer y el abuelo paterno los echó de la casa a su madre y a sus ocho hijos. Con nueve años se escapó y estuvo cuatro meses desaparecido. Su propósito era llegar a Buenos Aires para conocer al entonces presidente Juan Domingo Perón, ya que había oído decir que «daba trabajo a los pobres». Después de largas peripecias llegó a la «Casa Rosada», logró burlar el cerco policial y llegó hasta el mandatario y su esposa, Eva Duarte, y le hizo saber su deseo. Según contó Cabral, Evita Perón comentó al respecto: «Por fin alguien que pide trabajo y no limosna». Gracias a ese encuentro, su madre obtuvo empleo y toda la familia se trasladó a la ciudad de Tandil.
Cómo sería la vida del niño Facundo que ya con nueve años empezó a beber y se convirtió en un marginal alcohólico y con catorce años, por su carácter violento, fue a parar a la cárcel. Allí conoce a un sacerdote que le enseñó a leer y a escribir, lo puso en contacto con la literatura universal y lo impulsó a realizar estudios. Cabral conoce la religión aunque, sin pertenecer a iglesia alguna, y se declara librepensador.

Los inicios musicales de este cantautor acaecieron en 1954, y en 1970 grabó «No soy de aquí ni soy de allá» que consagró su éxito y fue conocido por todo el mundo.
Durante la dictadura, por sus canciones protestas en 1976, se vio obligado a exiliarse a Méjico y regresó de nuevo a Argentina en 1984. Estuvo en activo hasta el día que lo asesinaron, estando de gira por Centroamérica.
Eso ocurrió el mes pasado, concretamente el día 9 de julio de 2011, se encontraba en Guatemala, ciudad en la que el día 7 había ofrecido su último concierto para continuar gira por otros países. ¡Que horror! Parece ser que los sicarios se equivocaron, tenían que matar a otra persona pero lo asesinaron a él. Murió a los 74 años.

Cuando tenía 70 años y casi ciego, en la habitación de un hotel que eligió como última morada, repasaba su vida y resumió en una nota que fue mudo hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, enviudó trágicamente a los 40 y conoció a su padre a los 46. Decir que su mujer y su hijo murieron en un accidente de avión.

Después de una infancia y adolescencia muy dura, Cabral dirige sus pasos por el camino perfecto para crecer y desarrollarse como persona. Él elige la senda de la riqueza interior y encuentra un tesoro que comparte con los demás y los demás se lo agradecen.
Hay que reconocerle, porque tiene mucho mérito, su infatigable labor como mensajero de paz y unidad de los pueblos del mundo. Él se declaraba «violentamente pacifista». Trovador que superó su tragedia, ha sido el más pagano de los predicadores y sus reflexiones y pensamientos espiritualmente están influenciados por Jesucristo, Gandhi y Teresa de Calcuta. Predicó una especie de misticismo cristiano, sus mensajes son veraces y profundos… Él musita:
De la cuna a la tumba es una escuela; por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie: el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. No hay muerte, hay mudanza, y al otro lado te esperan gente maravillosa.

No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás.
Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.
El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia…
Dios no te prometió días sin dolor, risas sin tristezas, sol sin lluvia, pero él si prometió fuerzas para cada día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino.
Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale mil y una razones por las cuales sonreír.

Urgente… Tú que vives la vida agitada y a ritmo vertiginoso, quiero recordarte que lo más importante que tienes en la vida eres tú y todos los que te rodean. La palabra ya ha perdido todo significado de premura y prioridad. Haz un alto en tu ajetreada vida y pregúntate ¿qué significado tiene esto que hago?
Urgente… es la manera más pobre de vivir en este mundo, porque sabes, el día que nos vamos dejamos pendiente las cosas que verdaderamente fueron urgentes.
Urgente… es que cada mañana cuando veas salir el sol, te impregnes de su calor y le des gracias al Señor por tan maravilloso regalo.
Urgente… es que seas más amigo, más humano, más hermano.
Urgente… es que mires y valores a tu familia, a tu madre, a tus hijos, a tu esposa y le digas, hoy y no mañana, cuánto los quieres.
Urgente es que te sepas hijo de Dios y te des cuenta que él te ama, y quiere verte sonreír feliz y lleno de vida.
Urgente… es que no se te vaya la vida en un soplo y que cuando mires hacia atrás, seas ya un anciano que todo lo hizo…¡urgente! Fuiste un gran empresario, artista o profesional que llenó su agenda de urgencias, y se olvidó de vivir.

¡¡Adiós amigos míos!!
Así se despediría Cabral de esta sociedad terca, perdida y desorientada, a la deriva en sus propias miserias.
A Facundo Cabral yo le diría que sí, que es urgente y hay urgencia en activar la sensibilidad, los sentimientos y los valores.
Hay urgencia de razonar y reflexionar sobre nuestras actitudes y sus consecuencias, para responder con acierto a nuestros desaciertos, asumiendo la responsabilidad de nuestros actos.
Urgente… es que habiendo actuado a conciencia para ocasionar un daño, trates ya de repararlo. Si fuiste valiente para dañar, sé valiente para reparar.
Urgente… es que si ya has reconocido que erraste y que se te fue de las manos, ahora hay que confesarlo a quienes fuiste a sembrar la duda y contagiar tu maldad, sólo así podrá haber reconciliación.
Urgente… es que es la hora de la verdad y la sinceridad. Las cosas para que salgan bien hay que empezarlas por el principio. No pretendas saltarte el orden.
Urgente… es que las personas dejen de actuar fríamente y que dejen ver que son humanos y muestren su sensibilidad, sus valores y las enseñanzas y ejemplo de sus buenos padres.

¡Qué esperas de tu vida!… Cuando te percates de algo, nunca será tarde para cambiar.

Fotografía: Andrea Caligaris, cc.

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