“El que cree que ganó haciendo daño, no conoce las reglas del tiempo”.
A veces, podemos preguntarnos, el por qué algunas personas hablan de ti a tus espaldas: lo peor es, que esas personas sean tus propias hermanas. A todos nos ha pasado alguna vez, descubrir que alguien que sonríe frente a nosotros, detrás critican, difaman o difunde comentarios negativos. Esa doble cara genera desconcierto y hasta rabia, pero también despierta una pregunta inevitable: ¿por qué lo hacen?
El creador de contenido y especialista en desarrollo
personal, Jordi Segués, ha dado su propia respuesta en un vídeo que se ha
vuelto viral. Según explica, quienes hablan mal de ti a tus espaldas lo hacen
porque temen que, si los demás te conocen de verdad, te prefieran a ti en lugar
de a ellos. Por eso intentan controlar la imagen que otros tienen de ti difundiendo mentiras para desprestigiarte. Frente
a ti, en cambio, se muestran amables para no revelar sus intenciones. “No te
preocupes, sé tú mismo y deja que tu reputación hable por sí sola. Con el
tiempo, esas personas quedarán en evidencia”, señala.
Más allá de la interpretación de Segués, la psicología social y clínica ha estudiado durante décadas el por qué hablamos de otros cuando no están presentes. Una de las causas más señaladas es la envidia. “Cuando alguien percibe que otro tiene cualidades, logros o vínculos que él desea, puede aparecer un resentimiento que se transforma en comentarios despectivos”, explica la psicóloga clínica estadounidense, Ramani Durvasula.
También entra en juego la inseguridad personal. Quien no confía en su propio valor puede intentar restar brillo a los demás para mantener un lugar en el grupo. “La difamación es muchas veces un intento de equilibrar la balanza interna: si yo te bajo, me siento un poco más arriba”, apunta la psicóloga Silvia Congost.
La dualidad de ser amable frente a alguien y criticarlo a sus
espaldas tiene explicación psicológica. Por un lado, está la hipocresía: la
necesidad de mantener una fachada social correcta mientras se descarga el
malestar en otros espacios. Por otro, está el miedo a la confrontación. Muchas
personas no se atreven a expresar lo que sienten directamente, temen el
conflicto o la reacción del otro, y optan por un canal indirecto: hablar de la
persona, pero nunca con ella.
Esto genera un efecto desgarrador. La víctima de esos comentarios se siente traicionada, confundida e incluso duda en confiar en los demás. La vida sería maravillosa, si no fuera por esas personas malvadas que disfrutan haciendo daño. Pero mirándolo en positivo, tenemos que admitir, que todo el que llega a tu vida, te enseña algo… Y es que cada día de nuestras vidas, nos topamos con personas que traen consigo una gran lección que, aunque nos haga sufrir, no siempre somos capaces de reconocer la enseñanza que nos deja.
Nadie llegará a tu vida para quedarse para siempre, nadie permanecerá en tu vida para siempre porque simplemente no somos eternos. Eso lo entenderás una vez que aceptes el corto recorrido que nos toca atravesar como seres humanos, y justo ahí, comenzarás a vivir. Cada persona que te rodea tiene una misión por cumplir en tu vida, tiene una enseñanza para dejarte, sean familiares, amigos, compañeros o conocidos; incluso, existen personas que van a llegar a tu vida para enseñarte a no ser como ellas.
Estas lecciones no van a venir siempre de buenas vivencias ni
gratas acciones, muy probablemente alguna de las personas de las que te rodeas
te harán daño a través de una traición, una mentira o un engaño y van a
defraudarte y sumirte en la tristeza; te van a aportar una experiencia,
desagradable, pero que te harán conocer y distinguir a las personas con las que
te conviene compartir y con las que no. Son las relaciones las que nos dan las
peores decepciones, pero también las mayores lecciones de vida.
Aunque la importancia radica en aprender a clasificar las
situaciones que atraviesas en compañía de ciertas personas: las gratas
experiencias son aquellas que llevarás siempre en tu corazón y que podrás
recordar con una sonrisa, mientras que las malas son las que te harán crecer y
te fortalecerán, y harán que no confíes en quienes te quieren mal. Esos que van por detrás desprestigiando y denigrando tu buen nombre, no son de fiar.
Sabemos, que de una mentira nace la duda, de una duda nace la desconfianza, de la desconfianza nace la distancia, y de la distancia, el olvido. Así, poco a poco, sin darnos cuenta, lo que un día fue amor, complicidad y ternura, se va apagando...
“Quien te quiere de verdad, no te complica la vida: te la hace más bonita”. Se insiste en que hay que saber perdonar, yo más bien creo que hay que saber no ofender, no lastimar y no destruir. Pero también creo, que cualquier historia mal contada para perjudicar a alguien, un día será aclarada por Dios... Por eso, no te afanes por demostrar nada, deja que el tiempo ponga a cada uno en su lugar.
Estamos rodeados de gente y no todas buenas, algunas parecen que están en el mundo para hacer daño. Tanto lo bueno como lo malo que nos toca vivir, nos enseña algo, y cuando eres capaz de apreciar cada momento vivido y de agradecer por cada persona que llega y se va de tu vida, podrás desprenderte de esa herida que aflige el sentimiento, al no poder controlar ciertas actitudes, o el dichoso tiempo perdido con personas que no merecen la pena.
“No importa que seas increíblemente maravillosa con alguien, eso nunca será suficiente para las personas que no te saben apreciar”. Lo esencial de lo que vale la pena, está en el hecho de reconocer lo que mereces y no aceptar menos. Por eso es importante no perder nunca nuestra verdadera esencia, pues esta puede convertirse en una bendición para quienes realmente nos quieren y valoran nuestra compañía.
Nada sucede por casualidad, cuando entiendas que eres más
fuerte que esa gente traicionera que te condena a sufrir, esos momentos difíciles por los que atraviesas, podrá surgir
en ti una transformación interna, donde comprenderás que ni el amor, ni las
personas cambian, solo se transforman; y la clave está en aprender a aceptar que
todos somos seres diferentes y únicos, y puede que demos gracias al cielo por no ser
como alguien que no nos gustaría ser.
“Ese alguien que sabes que te hace mejor persona es tu
milagro, haz que permanezca en tu vida, porque todo tiene su razón de ser”. Cristina Gottardi.
Fotografía: Internet

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