Víctor Küppers, experto en psicología positiva: "Hay
dos formas de vivir la vida. La primera es dejar que tu felicidad dependa de
las circunstancias. La segunda es saber que depende de tu reacción”.
"La felicidad no depende de lo que nos sucede, sino de cómo
reaccionamos a lo que acontece". Comprender esto, asegura Víctor Küppers, es
esencial para llevar una vida feliz y plena. Su reflexión puede cambiar tu vida.
A todos nos ha pasado. Un día te levantas por la mañana, y
todo lo que podría salir mal, sale mal. Empiezas con el café que se te derrama,
el agua de la ducha que no quiere calentarse, te tropiezas con la mesita de
noche cuando vas a salir de la habitación y, por si fuera poco, te pegas en el
dedo meñique. Y no puedes más que echar la vista al cielo y decir: “¡¿Por
qué me pasa todo esto a mí?!”
La respuesta, dice Víctor Küppers, es que realmente no
importa por qué te sucede a ti. “Da igual si tu equipo de fútbol ha perdido,
si has llegado tarde al trabajo, si has discutido con tu pareja, si te has
tirado el café encima... Lo que realmente importa es cómo vas a reaccionar a
todo ello”.
Esta regla de oro no es de su propia
autoría, aclara el experto: “La vida es un 10% lo que nos pasa y un 90% cómo
reaccionamos”. Es una lección que repiten miles de expertos en crecimiento
personal, psicólogos y hasta filósofos. De hecho, los famosos estoicos estarían
de acuerdo con la afirmación: “Tu felicidad depende un 10% de lo que te sucede
y un 90% de cómo reaccionas ante ello”.
En particular, para Küppers, la inspiración fue Stephen Covey.
“Es uno de mis dos grandes referentes”, asegura. Decía que, en la manera
en la que elijas vivir, se encuentra la verdadera clave de la felicidad. Y es
que, según el experto en crecimiento personal, "hay dos formas de vivir
la vida. La primera es dejar que tu felicidad dependa de las circunstancias. La
segunda es saber que la felicidad depende de tu reacción”.
Vivir en función a las circunstancias. La primera de las
opciones que nos plantean tanto Covey como Küppers es vivir en función de las
circunstancias. “Estímulo-reacción”, sintetiza el conferenciante. “Las cosas
van bien, las noticias son positivos, estoy contento, estoy alegre. Las cosas
van mal, noticas negativas, estoy enfadado”, añade. Así, si nos dan un golpe
con el coche, nos enfadamos. Si gana nuestro equipo de fútbol, nos alegramos.
Estímulo-reacción.
Por norma general, las personas vivimos bajo la ley del "estímulo-reacción". Este es el modo en el que muchos vivimos por defecto. Somos presos de nuestras emociones primarias, que se activan ante los estímulos del día a día sin que medie el raciocinio. Nos sentimos los personajes principales de una historia cuyo guion ha escrito otra persona. No podemos hacer nada para cambiar nuestro estado de ánimo, porque este depende de cómo nos van las cosas.
Volvamos a la situación anterior, en la que habíamos
establecido que el ser humano, en su inmensa mayoría, vive guiado por la ley
del “estímulo-reacción”. Lo que Küppers defiende es que podemos actuar justo en
medio, entre la circunstancia y la reacción. “En medio tenemos un espacio”,
asegura, “y es nuestra capacidad de decidir cómo reaccionamos”.
Ese espacio del que nos habla Küppers es donde sucede la
magia. “Es nuestra gran libertad”. Porque lo cierto es que, el estímulo o la circunstancia, no tiene por qué determinar cómo reaccionamos.
“Tú puedes decidir cómo te lo tomas, ahí es donde está la
grandeza”, asegura
el experto. Esto es lo que los filósofos estoicos intentaban decirnos 2000 años
atrás, cuando aconsejaban con sus máximas evitar caer en la tentación de querer
controlar aquello ajeno a nuestro control, para centrarnos así en aquello que
sí podemos dominar: nuestra actitud, nuestras palabras, nuestras acciones.
Debemos forjar la actitud correcta. Ahora que ya conoces el secreto, es posible que te preguntes… “¿Y cómo puedo controlar mi reacción ante las cosas? ¡Si es que a mí me cabrea que se me derrame el café!”. Y la respuesta, explica Küppers, está en los hábitos. “A fuerza de repetición, lo tengo clarísimo”, responde el experto cuando le preguntan cómo trabajar esto de la reacción. “Son hábitos. Hábitos, hábitos y hábitos”. Los hábitos nos configuran y modifican cómo nos enfrentamos a la vida.
El problema, asegura, es que esto significa inevitablemente
que el cambio no será rápido, porque los hábitos requieren de repetición.
Deshacernos de esta impaciencia es esencial para poder avanzar. “Queremos
cosas rápidas, queremos cosas fáciles, queremos que nos digan los siete pasos
para alcanzar la calma. No, es una cuestión de trabajo, es una cuestión de
hábito”, asegura Küppers.
La voluntad. Para forjar hábitos, añade Küppers, no debemos
perder de vista que “la voluntad es más importante que la motivación”.
Porque si te has propuesto no cabrearte cuando te encuentres en medio de un
atasco, por ejemplo, no sucederá a la primera. Ni a la segunda. Ni a la
tercera. Quizá ni siquiera a la cuarta.
Necesitarás repetir una y otra vez el hábito, quizá respirar profundo en lugar de enfadarte. Y por el camino, quizá pierdas la motivación. Pero no perderás la voluntad. “Es mucho más importante tener voluntad, disciplina, perseverancia”, asegura el experto. “La motivación dura lo que dura, sirve para arrancar. Pero para llegar, hace falta disciplina y fuerza de voluntad”.
Las formas de vivir la vida se centran en encontrar un
propósito, cultivar la gratitud y la atención plena, ser fiel a uno mismo, y
cuidar el bienestar físico y emocional. Esto se puede lograr dedicando tiempo a
las pasiones, manteniendo relaciones significativas, aceptando las emociones y
cuidando la salud, tanto física como emocional.
Fotografía: Internet

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