sábado, 2 de agosto de 2025

Sentido común



¿Qué es el sentido común?  El sentido común es la perspectiva o manera de razonar que predomina en un colectivo humano. Se trata de un conjunto de creencias, normas y conocimientos que se adquieren de forma espontánea a través de la experiencia y los sentidos, es decir, aquello que consideramos básico y evidente, conclusiones a las que llegamos casi automáticamente al tratar de analizar lo que percibimos. Por tanto, se refiere a la capacidad general de entender y juzgar las cosas de forma lógica y razonable, sin necesidad de conocimientos especializados o estudios profundos. Es la forma en que la mayoría de las personas tienden a pensar y actuar ante situaciones cotidianas, basándose en la experiencia y en el conocimiento colectivo.

También podríamos decir que, el sentido común es un concepto que utilizamos habitualmente, sin saber muy bien qué significa, aunque, filosóficamente, hay varias maneras de definirlo...

Aristóteles, por ejemplo, lo atribuía a nuestra capacidad de percibir de manera casi idéntica los mismos estímulos sensoriales cuando estos hacen diana en nuestros sentidos. Cuando alguien escucha el crujido de una rama al romperse, está percibiendo lo mismo que habría percibido cualquier otra persona en su lugar. En cierto sentido, esto indica que todos compartimos esa manera de sentir el impacto que el entorno tiene en nosotros, pero solo si nos estamos refiriendo a los aspectos más específicos y menos abstractos de lo que vivimos en el día a día.

Otros pensadores utilizaron el concepto de sentido común para sostener que más allá de los sentidos, todos tenemos una matriz psicológica común que hace podamos analizar críticamente varias cosas y extraer ideas similares a partir de esto. Por ejemplo, que, si un camión se dirige a toda velocidad hacia nosotros, es urgente apartarse.

René Descartes, para este famoso filósofo francés, el sentido común era aquello que actúa de puente entre el ser racional e inmaterial que según él gobernaba el cuerpo, y el mundo físico, compuesto por el cuerpo humano y todo aquello que lo rodea en el tiempo y el espacio.

Así, mientras que el sentido común le permite al ser espiritual saber que existe una realidad física, a la vez lo imperfecto de este mundo físico hace que no sea directamente comprensible y que se necesite de la racionalidad para comprenderlo. El sentido común es, así, una noción básica de que hay cosas que existen y cosas que ocurren, pero resulta un conocimiento muy vago del cual no podemos extraer grandes verdades capaces de darle significado a lo que nos pasa. El agua moja, el sol brilla… esa clase de ideas son las que emanarían del sentido común.

Y, la filosofía pragmatista surgida en el mundo anglosajón a partir del siglo XIX ha generado toda una serie de pensadores que tienden a sostener que el sentido común, es simplemente un conjunto de creencias sobre aspectos prácticos y básicos del día a día y que resultan útiles para desenvolverse en ellas. Así, el sentido común no está definido tanto por su proximidad a la verdad, como por las consecuencias de creer en ciertas ideas.

En teoría, es posible que una idea nos aproxime a la verdad y que a la vez nos resulte poco útil para vivir bien y siendo felices y, en ese caso, sería discutible que constituyese sentido común. En definitiva, mucho de lo que es o no es sentido común depende del contexto, porque este hace que creer o no creer en ciertas cosas tenga efectos distintos según el lugar y el tiempo en los que vivimos. Como la mayoría de las personas vivimos en lugares que comparten muchas características y reglas, gran parte compartimos esas ideas.

A veces obviamos que el uso del lenguaje no solo sirve para comunicar ideas, sino que además, tienen un efecto que causan fenómenos. Apelar al sentido común para sostener una idea puede dejar fuera de discusión una creencia u opinión que se considera incuestionable. Por tanto, el sentido común es un concepto que utilizamos a diario para referirnos a piezas de conocimientos que parecen evidentes, que en teoría todo el mundo debería tener claro. Sin embargo, el mismo hecho de que relacionemos esta idea con muchas experiencias del día a día es lo que hace que la capacidad del concepto para explicar la manera de pensar del ser humano no garantice que esto es así.

Visto lo visto, no podemos dar por sentado que, al vivir experiencias similares, todos extraemos de ellas las mismas conclusiones. Con lo cual, el sentido común no es tan universal como pensamos, porque no todas las personas disponen de las mismas experiencias ni de la misma capacidad de discernimiento.

Ya señaló Voltaire en su día, que el sentido común es en realidad el menos común de los sentidos. ¿Qué significa esto? Básicamente que no siempre se da o se percibe esa unanimidad a la hora de entender qué es lo lógico o lo esperable en cada situación. De algún modo, cada uno integra en su ser su propio sentido común, el cual, en ocasiones, no marida con el que tienen los demás. Y así nos va…

Lo más curioso de todo es que a todos nos iría mejor si fuéramos capaces de aplicar esa sencillez en cuanto a valores y principios de actuación, partiendo de una esencia juiciosa y casi universal. Sin embargo, aun sabiendo qué sería lo más aceptable, no lo aplicamos; bien por prepotencia, por dejadez, por desafío, desidia o porque nuestra mente está ocupada en otros complejos universos de intereses creados. Se puede dar el caso en relaciones de hermanos (todos contra uno) que el sentido común brilla por su ausencia, porque el interés que les mueve es el de distorsionar la realidad, para que su aparente apariencia parezca real y con ello, pretender enterrar esa parte fea que no quieren recordar, pero la vida tiene memoria y la memoria les juzgará, porque Dios premia el amor y condena la maldad.

Aunque la psicología nos deja claro que el sentido común es la capacidad de discernimiento que tiene toda persona y que, gracias a esta habilidad, uno puede tomar decisiones coherentes basadas en la lógica y la razón. Sea como sea, este concepto busca siempre un propósito: el bien común. Con esta competencia se intenta que todos dispongamos de un sentido práctico con el que facilitar la convivencia, evitar conflictos hostiles y actuar por el bienestar de todos. En gran parte de los casos, no solo de aquello que otros nos enseñan o nos dictan, sino de nuestra propia experiencia; de aquello que hemos visto, sentido y vivido. Por tanto, queda claro que cada cual ha transitado por unos caminos propios y experimentado unos hechos que no siempre se parecen a los del resto. De ahí que tu sentido común, aquello que es lógico para ti, puede no serlo para otra persona. 

Por tanto, en la vida lo importante es reflexionar y adoptar siempre una visión crítica y realista sobre la realidad, Las decisiones que tomemos, para bien o para mal, siempre tendrá repercusiones que marcarán nuestro destino, pero el peso de nuestro destino no tiene porqué recaer sobre nadie.


Fotografía: Internet


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