domingo, 24 de noviembre de 2024

La ideología de género

 


"Dios creó al hombre: varón y mujer los creó..."

Ideología de género. Esta ideología es una invención que propone la búsqueda de la libertad total de seres neutros que se atribuyen un género a elección y conveniencia. Es un sistema de pensamiento de carácter filosófico que interpreta la sexualidad y la afectividad humanas como un hecho puramente psicológico (preferencia y voluntad) y cultural, prescindiendo e incluso anulando toda influencia de la naturaleza, siendo la naturaleza la que determina, desde la concepción (ADN, cromosomas), en la conducta humana.

Las "diferencias" entre varón y mujer, por tanto, no provendrían de la naturaleza biológica y psíquica del ser humano, sino de una construcción cultural o social (convencional), a partir de los roles y estereotipos que se asignan a elección a los sexos.

Desde esta óptica ideológica, cada uno podría crear su propia identidad sexual: varón o mujer. Además, tendría el derecho de que se lo reconozca en el Registro Civil. Lo masculino o lo femenino de las cosas, por su parte, no tienen nada que ver con la sexualidad humana. La mesa, la silla y la casa, por ejemplo, son de género femenino; y el vaso, el árbol y el carro, de género masculino, sin que tengan ninguna cualidad femenina o masculina, respectivamente. La mesa es mesa, sin que sea mujer; y el árbol es árbol, sin que sea varón.

La ideología de género, aplica el concepto de masculino y femenino de las cosas a las personas. De aquí concluye que lo masculino y lo femenino pertenecen a lo cultural o social y que, por lo mismo, son convencionales o fruto de un acuerdo de cada pueblo y época.

Al término género le dan el significado de sexo. En un primer momento, género y sexo se presentan como si fueran sinónimos y, por lo mismo, intercambiables. Luego, el término sexo es utilizado, exclusivamente, para la dimensión biológica; y el de género como "construcción social o cultural". Es decir, el sexo es a la carta, adornado con preferencias al gusto del consumidor. Dicen que la imaginación no tiene límites, pero llegar a este punto...

La biología, la psicología, la sociología y la filosofía demuestran que el ser humano es un "centro" de relaciones: consigo mismo (biológicas y psicológicas), con los demás (culturales), con el cosmos y con lo trascendente. Esta constatación ha llevado a definir a la persona como una "unidad" bio-psico-social-cósmico-trascendente.

La ideología de género, en cambio, defiende una visión fragmentada de la persona. Lo biológico nada tendría que ver con lo psicológico y mucho menos, con lo cultural. El sexo "varón o mujer", con el que se nace, sería totalmente distinto del género masculino o femenino, que dependería del sentimiento y de la voluntad de cada persona, de acuerdo con su orientación o preferencia sexual, como también de lo que la moda de la sociedad defina sobre tales realidades. 

El género, según esta teoría, además, podría cambiarse tantas veces como así lo decida el individuo, como heterosexual, homosexual (gay o lesbiana), bisexual, transexual, intersexual, asexual u otra forma de género.

El Papa Benedicto XVI de una manera clara y sintética, nos ha recordado que el ser humano con el ateísmo pretendió negar la existencia de Dios; con el materialismo, las exigencias de la libertad; y con la ideología de género, las de su propio cuerpo. El hombre moderno, entonces, se declara un dios que se auto-crea.

Este mundo nuestro está habitado por unos 8.000 millones de personas: una población de hombres creada por Dios "mujer y varón los creó". Por tanto nos queda claro que cuando hablamos de "hombres" hablamos de la humanidad, de la gente, de la población, de la sociedad en general, pero damos por llamar "hombre" al varón, como otorgándole mayor poder, cuando el poder ha sido otorgado a la mujer de la cuál nace el varón. Y a Dios la Gloria y el Poder de toda la Creación.

Pero entre este enjambre de gente puede haber alguien con aires de grandeza que se creen dioses con poder de recrear lo creado a su libre albedrío, para cambiar el orden natural y darle sentido a su sentido, de ahí esos ideólogos y sus ideologías descabelladas que trastocan todo orden natural de la mujer y del varón. Y he ahí la cuestión... La ideología de género pretende dar un nuevo valor a la sexualidad humana sin tener en cuenta la naturaleza biológica y psicológica. La autonomía del género, según esta teoría, es tan absoluta que la cultura crea "la verdadera naturaleza" de varón o mujer al margen de lo biológico. Pero esta afirmación, en la vida ordinaria, no tiene asidero. Lo que se percibe, de un modo inmediato y espontáneo, es que lo masculino está relacionado con el cuerpo de un varón y lo femenino con el cuerpo de una mujer.

Si se aceptara, por consiguiente, la hipótesis de que cada quien puede construir su propio género, al margen del sexo biológico, - lo cual no ha sucedido aún ni sucederá-:

a) Desaparecería la distinción entre varón y mujer: Todos somos iguales y cada quien independientemente de su sexo, opta por lo femenino o lo masculino.

b) Todos los tipos de uniones tendrían el mismo valor antropológico y social: De este modo, todos los tipos de relación tendrían el mismo valor, como el matrimonio varón y mujer, el concubinato, el intercambio de parejas, la poligamia, la poliandria, la prostitución, las uniones homosexuales, la promiscuidad, la pedofilia, la pornografía, la zoofilia, la necrofilia, entre otras.

c) Se eliminaría el matrimonio y la patria potestad: Si se consideran iguales todas las relaciones, las esporádicas y las permanentes, se destruye el matrimonio. Pero esta destrucción no se la hace directamente, sino llamando matrimonio a todo tipo de unión efímera y cobra fuerza el divorcio, la unión de hecho y la unión homosexual. La pérdida de autoridad de los padres en la educación de los hijos es el golpe más duro contra el matrimonio.

d) Desaparecería la familia, la sociedad y la cultura: Los Estados totalitarios lo primero que destruyen es la familia, porque precisamente, detestan toda expresión de libertad y comunión. Si la forma indisoluble del matrimonio entre un varón y una mujer y la relación con los hijos es el modo más adecuado para construir una comunidad de amor y libertad, es lógico que se trate por todos los medios de destruirla. Si el matrimonio y la familia desaparecen, igual suerte corre la sociedad. Hipotéticamente, se podría pensar en un nuevo fundamento de la sociedad. Las culturas de todos los tiempos han subsistido gracias a la presencia de las familias constituidas por matrimonios estables, donde esposos e hijos viven la comunión de vida y de bienes.

Por lo tanto, la "ideología de género" viene a decir, que es un sistema que sostiene que las diferencias entre el varón y la mujer -a pesar de lo que establece la anatómica y la biología-, no corresponde a una naturaleza fija, sino que son "construcciones culturales y convencionales", hechas según los roles y estereotipos que cada sociedad "les asigna a los sexos". Dicho de otro modo, el sentido atribuido a la “ideología de género” es el de la supresión de las diferencias entre varón y mujer, ignorando incluso las diferencias biológicas fundamentales, para establecer que en realidad el género es optativo y depende de la autoidentificación de las personas, es decir, de cómo se perciben a sí mismas.

Según esta creencia anticientífica —que busca por todos los medios imponerse desde el Estado, la educación y los medios de comunicación—, no existen sexos, sino "roles", orientaciones sexuales que se pueden cambiar en la vida todas las veces que se quiera. Esta invención propone la búsqueda de la "liberación total" del hombre en todos los órdenes, tras la de-construcción del lenguaje, de las relaciones familiares, de la reproducción, de la sexualidad, de la educación, de la religión, de la cultura, etc.

La ideología de género se está introduciendo de tal manera en la sociedad y se está llevando a la práctica en muchas facetas de la vida cotidiana de las personas, afectando especialmente a los más pequeños ya desde el proceso educativo. Creo que a los niños hay que dejarles que sean niños y disfruten de su niñez. Hay que dejarlos crecer y madurar para que puedan desarrollar la capacidad de entender los enigmas que se les plantean. Con respecto al género, no sé qué delirante interés se esconde tras esas inapropiadas soflamas para pretender trastocar el orden de la naturaleza.

Es necesario advertir de las consecuencias que la ideología de género tiene para la sociedad. La primera de ellas es sobre la familia: madre, padre e hijos, fundamentada en el matrimonio, esta es la primera de las instituciones que esa ideología tiene como objetivo destruir, o deconstruir. Porque según esa ideología, la familia es culpable de imponer artificialmente los roles masculino y femenino a los hijos que educa, por lo que se ve eso es un grave delito que hay que erradicar.

La maternidad es el segundo peligro para esta corriente de pensamiento. La figura de la madre constituye el auge de la sumisión y de la represión sexual que no debe existir. Es necesario liberar a la mujer de la maternidad por medio de los anticonceptivos y del aborto. Eso es al menos lo que piensan los defensores de tal aberración.

El tercer peligro a erradicar para los ideólogos de género es la religión, la causa principal de opresión de la mujer y la libertad sexual.

La ideología de género, falta de un razonamiento ordenado, claro y simple, que a buen seguro provocaría un gran rechazo en la opinión pública, por lo que recurre a técnicas de manipulación del lenguaje que conforman el llamado trasbordo ideológico inadvertido, de efectos tan persuasivos como peligrosos.

Esta ideología es contraria a todo conocimiento científico y, obviamente, a toda antropología humana. No es feminismo porque no persigue la igualdad de derechos entre el varón y la mujer, sino que simplemente persigue conseguir la igualdad a base de eliminar la condición de varón y de mujer. No resuelve los derechos de la mujer sea a su integridad y seguridad, sea a la conciliación a la vida laboral y familiar, sea al trabajo o a la promoción profesional y salarial y devalúan aniquilar el papel de la familia. Cuando el valor principal de la sociedad es la familia, es el pilar que la sostiene.

La igualdad de género es la meta a la que aspiran los movimientos de perspectiva de género, y consiste en la paridad de condiciones entre los géneros, sexos y orientaciones sexuales sin cortapisa. Esta es una ideología sin seso que idolatra al sexo, que antepone el sexo a la persona. La persona tiene sexo, pero el sexo no es la persona. Esto no es ideología, estos es diarrea mental que pretende crear confusión con expresiones e ideas descontroladas sobre la diversidad en el comportamiento sexual. En estas ideologías hay crueldad, porque influyen a mostrar descontento con el ser que se es, para adoptar la apariencia de un ser que no se es.

Cuidemos y pongamos en valor los pilares de ser humano: cuerpo, mente y espíritu. Tres entidades que se complementan entre sí, si descuidamos uno de estos aspectos, podemos experimentar malestar y sufrimiento. Apaciguar el cuerpo y la mente revitaliza el espíritu. Evitemos el caos... 


Fotografía: Internet


 

No hay comentarios :

Publicar un comentario