Quien planta árboles, cosecha alimento.
Quien planta flores, cosecha perfume.
Quien siembra trigo, cosecha pan.
Quien planta amor, cosecha amistad.
Quien siembra alegría, cosecha felicidad.
Quien planta vida, cosecha milagros.
Quien siembra verdad, cosecha confianza.
Quien siembra fe, cosecha certezas.
Quien siembra cariño, cosecha gratitud.
Quien planta justicia y verdad, cosecha paz.
Quien siembra paciencia, cosecha armonía.
Quien planta perdón, cosecha la grandeza de corazón.
Quien siembra buenos pensamientos, cosecha benedicencia.
Quien siembra esperanza, cosecha el cielo.
No obstante, hay quienes prefieren:
Sembrar tristeza y cosechar amargura.
Plantar discordia y cosechar soledad.
Sembrar vientos y cosechar tempestades.
Plantar ira y cosechar enemistades.
Plantar injusticia y cosechar abandono.
Sembrar impaciencia y cosechar inseguridad.
Plantar rencores y cosechar venganzas.
Sembrar malos pensamientos y cosechar críticas.
Somos sembradores conscientes,
repartimos diariamente millones de semillas a nuestro
alrededor.
Escojamos sembrar las mejores semillas,
para que, al recibir la dádiva de la cosecha justa,
tengamos siempre motivos para agradecer...
Jesús es el Maestro, síguelo y cosecharás para la vida
eterna.
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