Sepan que sonreír es un ejercicio...
El ejercicio “Respirando, sonrío” les puede llevar a
preguntar ¿Por qué debo sonreír si no hay alegría en mí? La respuesta es:
sonreír es una práctica.
En el rostro hay más de 300 músculos, y cuando estamos enojados o
temerosos, estos músculos se tensan. La tensión de estos músculos crea un sentimiento
de dureza.
Sin embargo, si saben inhalar y esbozar una sonrisa la tensión desaparecerá—a esto llamo “yoga de la boca”—. Basta con inhalar, sonreír y la tensión desaparecerá y se sentirán mucho mejor, porque la sonrisa de tanto sonreír atrae la alegría, y cuando esbozas una sonrisa sentirás calma y bienestar, una relajación de cuerpo, mente y espíritu.
Yo no espero hasta estar alegre para sonreír; la alegría vendrá más tarde. A veces, cuando estoy solo en mi habitación a oscuras practico el sonreírme a mí mismo. Hago esto para ser bondadoso conmigo mismo, para bien cuidarme, para amarme. Sé que si no soy capaz de cuidarme a mí mismo no soy capaz de cuidar a nadie más.
Ser compasivos con ustedes mismos es una práctica muy
importante. Cuando estén cansados, enojados, o desesperados, deben saber cómo
regresar a sí mismos y cuidar su cansancio, su enojo y su desesperación. Sonrían que sonreír nos proporciona alegría, y la alegría es salud.
Es por este motivo que practicamos el sonreír, el andar y el
comer conscientemente.
Thich Nhat Hanh
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