sábado, 12 de febrero de 2022

El karma


 

Para las filosofías orientales como el hinduismo y el budismo existe una energía trascendente presente en cada uno de los actos, pensamientos, emociones que tengamos durante nuestra vida: esta es el karma.

El karma actúa como la ley de causa y efecto, donde cada una de nuestras acciones tiene un efecto positivo o negativo sobre nuestras vidas, dependiendo de si ese acto ha sido positivo o negativo. "El karma es una ley cósmica de retribución, de causa y efecto, de ecuanimidad universal".

Es por esto que el karma nos invita a vivir plenamente conscientes de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones para que nuestras experiencias las hagamos desde lo que nos haga sentir mejor con nosotros mismos y libres de cargos de conciencia.

El karma puede explicar todos tus dramas y todas tus glorias. Es el premio o el castigo por las acciones buenas o malas que has cometido en el pasado o, a veces, en el más reciente presente.

Todos hemos escuchado hablar sobre el karma, y ¿qué es el karma? Ante todo, el karma es una creencia. Una convicción capital en religiones y doctrinas como el hinduismo, el budismo, el jainismo, el ayyavazhi y el espiritismo. Según estas filosofías-religiones hay algo trascendente, inconmensurable e invisible que se genera a través de los actos de las personas y que tiene una finalidad de equilibrio y de justicia.

El hinduismo cree que el karma es cosa del dios Lama. El budismo no lo pone en mano de ningún dios, sería más como una ley natural, tal como la de la gravedad. Pero la mayoría de doctrinas piensan en su conjunto que las personas tienen la total libertad de elegir a la hora de hacer el bien o el mal, eso sí, luego tienen que apechugar con las consecuencias de sus actos, hayan sido buenos o malos. 

Cuando escuchamos la palabra “karma” probablemente lo primero que nos viene a la mente sea la idea de “castigo”. Habitualmente entendemos el karma como un castigo que Dios nos pone, para pagar por los errores cometidos en vidas pasadas. En una vida pasada fuimos un poco malos y debemos pasar por un montón de penurias para pagar por lo que hicimos. Creo que esta es la visión más extendida del karma, pero en realidad el karma no tiene nada que ver con ningún castigo. Dios no ha castigado ni castigará nunca a nadie. Dios lo que hace es amar. Dios es amor.

El karma es una fuerza que nace de nuestro amor y que se produce cuando dejamos el planeta Tierra con asuntos pendientes. Es decir, nosotros venimos a la Tierra, vivimos nuestra vida y al final dejamos el planeta. Una vez nos hemos ido miramos atrás y hacemos un poco de balance, y en algunos casos vemos que hay cosas que no han ido como queríamos, y a veces decidimos volver para resolverlas.

Cuando esto ocurre, hablamos de karma. Así que, si tienes karma pendiente, significa que hay algo que no completaste del todo en alguna vida pasada. Si esto de las vidas pasadas te cuesta un poco de asimilar, recuerda que está científicamente demostrado que todo es energía y que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Esto quiere decir, que está científicamente probado que tú no tienes principio ni final: eres eterno, explica Dimas Pardo.

El Karma no es ningún castigo. Es importante dejar claro que nadie nos obliga nunca a volver. No hay ningún juez en el cielo que diga: “Eh tú, esto y esto no lo hiciste bien, vuelve a la Tierra”. Somos nosotros mismos los que a veces sentimos la necesidad de volver y la fuerza que hay detrás de esta necesidad es el amor.

Cuando decidimos volver a la Tierra para completar un tema pendiente, sea cual sea, lo hacemos porque para nosotros es importante. Lo hacemos porque lo amamos. Puede ser que haya alguna experiencia que nos gusta y que no acabamos de vivir como queríamos, o puede ser que hayamos dejado atrás a alguna persona que queremos y que no tratamos tan bien como se merecía. En cualquier caso, siempre es el amor lo que nos impulsa a volver. Si decidimos volver a completar un tema pendiente, es porque nos amamos a nosotros mismos, a la Tierra y a la vida en general y queremos hacer las cosas mejor.

Una vez tenemos claro que el karma no es ningún castigo, sino una fuerza que nace del amor y que nos impulsa a completar lo que tenemos a medias, podemos analizar con un poco más de detalle cómo aparece. Generalmente, hay dos tipos principales de karma: Karma relacionado con experiencias, esto quiere decir que en una determinada vida no acabamos alguna experiencia que queríamos hacer y sentimos el deseo de volver para completarla. Y, karma relacionado con personas, tenemos conflictos pendientes de otras vidas y nuestra alma nos impulsa a resolverlos.

Entonces, se podría pensar que los que creen en esta filosofía ven a la gente que van y viene de la muerte a la vida como un peregrinar rectificando, mejorando y completando los objetivos pendientes. No es que hayan cambiado de opinión por el camino, lo han intentado, pero no lo han conseguido y por eso deciden volver a la Tierra, para volver a intentarlo.

Es un poco como salir a escalar una montaña y quedarse a medio camino. Si tienes este karma, significa que viniste a hacer algo que amas, pero te quedaste a medias, y el amor por esta cosa te ha impulsado a volver. Esto suena bonito...

También por conflictos con otras personas. Este caso es el más conflictivo de todos, y es el que normalmente nos viene a la cabeza cuando hablamos de karma. Se produce cuando tenemos algún conflicto pendiente con alguien. Todos sabemos que la vida en la Tierra no es fácil. Y a menudo, intentando conseguir lo que deseamos y chocamos con otras personas. Unas veces son los demás los que inician el conflicto, y otras veces somos nosotros. A efectos prácticos es bastante parecido: un conflicto siempre es cosa de dos y genera sufrimiento para todas las partes.

Para entender este tipo de karma debemos tener presente que en el fondo todos amamos a todos los seres vivos. Nuestro estado natural es amar y si tenemos algún conflicto con alguien, siempre nos resultará doloroso. En el fondo de nuestro corazón queremos estar bien con todos, así que mientras el conflicto siga vivo, habrá una parte de nuestra alma que nos impulsará a resolverlo.

Muchas veces se ha interpretado este hecho como que “tenemos que pagar por los errores de las vidas pasadas”. No es así. El universo no castiga a nadie. Lo que pasa es que nuestra propia alma tiene la necesidad de resolver el conflicto para poder estar en paz. Un conflicto vigente es un vínculo de amor roto, y siempre sentiremos la necesidad de repararlo. Así que, si tienes conflictos pendientes, tu propia alma te impulsará a resolverlos para poder vivir en paz.

El Karma no es exclusivo de vidas pasadas. Vale la pena puntualizar que, aunque normalmente asociamos el karma con temas pendientes de vidas pasadas, no tiene porqué ser siempre así. También podemos tener cuestiones pendientes que se hayan originado en esta misma vida, y el concepto principal es el mismo. Por un lado, puede ser que no estemos haciendo lo que hemos venido a hacer. Y mientras esto sea así, una parte de nuestra alma estará incómoda y nos impulsará a cambiar de rumbo. Y por otra parte, puede ser que tengamos conflictos pendientes de esta misma vida y que necesitemos resolverlos para poder estar en paz. La esencia del karma de vidas pasadas y el karma de la vida actual es la misma. La diferencia es que lo que viene de vidas pasadas cuesta un poco más de resolver porque está más escondido.

Cómo Resolver el Karma. Si tenemos karma pendiente, quiere decir que hay áreas de nuestra vida que necesitan más amor: o bien que no estamos haciendo lo que realmente queremos, o bien tenemos algún conflicto abierto con alguien. Y el camino para resolverlo es simple: intentar vivir con tanto amor como podamos, sobre todo en las áreas que vemos que más lo necesitan.

Si hay alguna experiencia que tu corazón te impulsa a vivir, intenta vivirla. Y si tienes algún conflicto abierto, intenta resolverlo. Tan simple como eso. Cuanto antes lo hagas, más tranquilo y en paz vivirás. Tampoco hay prisa, si no lo haces en esta vida, lo puedes hacer en la siguiente. Pero, que por ti no quede, lo importante es que lo intentes; si la otra parte no quiere, nada se podrá resolver, pero te queda la paz de haberlo intentado...

Pero, hay quién cree que cuando alguien sufre enfermedades, o que pasa calamidades, o que los hijos no sigan sus buenas enseñanzas, o que sean calumniado y despreciado, etc.,  es porque es malo y lo está pagando... Pues, no, sé de personas buenas y admirables que han sufrido lo que no se merecían.  La prueba indiscutible la tenemos en Jesús, Dios: Despreciado, insultado, calumniado, maltratado y crucificado hasta la muerte.

Lección del karma: Cuando un pájaro está vivo se come a las hormigas. Cuando el pájaro está muerto las hormigas se lo comen a él. El tiempo y las circunstancias pueden cambiar en cualquier momento. No subestimes o lastimes a nadie; puede que hoy seas poderoso, pero recuerda que el tiempo es más poderoso que tú.

 

Fotografía: Internet

 

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