lunes, 21 de septiembre de 2020

Insolencias de un seductor

 

Buenos días, señora Carmen.

—¡Buenos días!

—¿Qué hace ahí parada con este frío? Se va a quedar usted congelada.

Consultando su reloj la anciana contestó:

Estoy esperando a mi hijo. Se fue a comprar hace un rato y parece que se retrasa.

—No se preocupe, seguro que no tardará. ¿Le importa que le haga compañía?

—Gracias. No te molestes. Seguro que tienes cosas mejores que hacer que acompañar a una vieja como yo. Alguna moza afortunada te estará esperando…

—No es ninguna molestia, se lo aseguro. Nos sentaremos en este banco y esperaremos…

Y Miguel, como cada mañana se sentaba junto a su anciana madre, que esperaba al hijo que tenía tan cerca…

Esta secuencia de autor desconocido, pone de manifiesto la triste realidad de la enfermedad del Alzheimer.

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