domingo, 12 de julio de 2020

Mantener la calma


Aprender a mantener la calma en el día a día resulta fundamental para enfrentar de forma adecuada las situaciones de estrés, las discusiones con otros e incluso para tomar decisiones acertadas en momentos en los que estamos bajo presión. Pero la realidad es que no siempre resulta sencillo hacerlo, y que algunos escenarios pueden llevarnos al límite y afectar nuestra capacidad de autocontrol.

Dice un refrán que ningún mar en calma hizo experto a un marinero. Todos, antes o después debemos convertirnos en expertos marineros de la vida. Los embates del destino nos enfrentan a situaciones difíciles, nos ponen contra las cuerdas y nos obligan a soportar la presión. En esos momentos, contar con una buena caja de herramientas para la vida puede marcar la diferencia, entre salir fortalecidos de la experiencia o sucumbir ante los problemas y dejarse aplastar por su peso. 

La psicóloga Jennifer Delgado Suárez nos da las pautas para mantener la calma, y nos habla del método APC (Amenazas, Positividad y Control) es una especie de diálogo interior que te ayudará a enfrentar las situaciones de emergencia sin perder la calma. Este método para mantener la calma en medio de la tormenta se puede usar como si fuera una especie de «remedio de emergencia».

Amenazas al descubierto ¿Cómo mantener la calma en medio de la tormenta? Algo va mal. Estás preocupado y en tu mente comienzan a repetirse una y otra vez los mismos pensamientos. “¿Qué pasaría si sucede X? ¿Qué pasaría si sucede Y? ¿Y si…? ¿Y si…? ¿Y si…?” 

Ese tipo de pensamiento rumiativo se convierte en una espiral de negatividad que te atrapa. Si caes en sus garras las cosas degenerarán rápidamente. En realidad las posibilidades que se abren ante ti son casi infinitas, por lo que podrías pasar días, semanas e incluso meses rumiando 10.000 probabilidades distintas. Eso te bloqueará, además de añadir una tensión completamente innecesaria. Una vía alternativa consiste en realizar una evaluación objetiva de las amenazas. Pregúntate: “¿A qué problema me estoy enfrentando realmente?” 

No se trata de una pregunta ociosa ya que en muchas ocasiones no logramos salir de las situaciones porque no somos capaces de determinar con precisión el problema y nos perdemos en cavilaciones. También es fundamental que descubras las amenazas reales, no los peores escenarios que imaginas en tu mente y que son bastante improbable sino aquellas cosas que atentan realmente contra tu bienestar y la solución del problema. 

Puedes hacer una lista de esas amenazas, de manera que puedas «organizar» tu pensamiento alejándote del catastrofismo. Este pequeño ejercicio te reportará una gran ventaja: al concentrarte en los aspectos racionales evitarás caer en un secuestro emocional, que es una de las peores cosas que te podría pasar en medio de un problema. 

Utiliza el Pensamiento Positivo enfocado a buscar soluciones. En las situaciones difíciles es normal que lo veamos todo negro. Los pensamientos rumiativos te dirigen hacia los peores escenarios posibles. Ni siquiera es culpa tuya, al menos no al 100%. Nuestro cerebro tiene una tendencia a focalizarse en los hechos negativos por una mera cuestión de supervivencia. En práctica recordar los sucesos que te dañaron, te permite evitarlos la próxima vez. Sin embargo, el sesgo de la negatividad juega muy malas pasadas cuando se trata de resolver un problema o salir de una situación complicada. En esos casos es fundamental recurrir al pensamiento positivo. No se trata de desarrollar un optimismo tóxico, sino de centrarte en el lado positivo de la situación. 

Por muy negativo que parezca el problema siempre hay algo positivo. Solo tienes que buscarlo. Te ayudará realizar un listado mental de los recursos y fortalezas que tienes a tu disposición. Al centrarte en los aspectos positivos te recargas de energía y a menudo logras ver oportunidades que antes no vislumbrabas simplemente porque estabas usando unas gafas demasiado oscuras. 

Echa la vista atrás en busca de una situación similar y piensa en cómo saliste de ella. Tal vez nunca hayas pasado por algo así, pero puedes buscar en tu memoria situaciones parecidas e intentar encontrar las soluciones que funcionaron. También puede valer la experiencia de otras personas. ¿Lo que les funcionó a ellas podría funcionar en tu caso? 

Este ejercicio te reportará dos grandes ventajas. Ante todo te permitirá aprovechar tu experiencia o la de otras personas, ganando un tiempo precioso que te ahorrará dolores de cabeza innecesarios. En segundo lugar te brindará una dosis de autoconfianza ya que, si saliste de una situación similar en el pasado, podrás volver a hacerlo. 

El secreto para mantener la calma en medio de cualquier tormenta consiste en sentir que tenemos el control. Para ello es fundamental que vayas paso a paso. Es probable que el problema que te preocupa sea muy grande y no puedas solucionarlo de una vez. En ese momento puedes caer víctima del pánico pensando que el “trabajo” que tienes por delante es inmenso, que no podrás afrontarlo o que no terminarás jamás. 

La mejor manera para lidiar con esos problemas consiste en ir paso a paso. Mantente focalizado en lo que está sucediendo aquí y ahora porque si dejas que tu mente salte continuamente al futuro, corres el riesgo de arruinar lo que estás haciendo, generando tensión y ansiedad que te impidan actuar con serenidad. 

Céntrate en el paso que estás dando y procura que sea lo mejor posible. No necesitas solucionarlo todo de una vez, simplemente necesitas ir descubriendo un paso tras otro. Los antiguos estoicos, por ejemplo, lidiaban con la sensación de angustia y agobio centrándose simplemente en el proceso, no en los resultados. Por tanto, cuando sientes que la vida te desborda simplemente céntrate en el próximo paso. Y luego piensa en el siguiente. 

En algún punto es probable que te preguntes: “¿Qué pasará si no sé cuál es el siguiente paso? ¿Cómo recuperaré mi tranquilidad si la pierdo?” Haz un alto, respira profundamente y pregúntate si ese pensamiento es útil. Es probable que no lo sea, así que apártalo de tu mente y céntrate en el aquí y ahora. 

Decía Alfred Hitchcock: Estoy lleno de temores y hago todo lo posible para evitar dificultades y cualquier tipo de complicaciones. Me gusta que todo lo que me rodea sea claro como el cristal y esté completamente en calma. 

Frente a situaciones que no entiendes pero que percibes que esconde una jugarreta mal intencionada; primero sufres y callas, pero cuando te das cuenta de la malas artes vas tomando conciencia de la situación y buscas fuerza interior y mental para no desfallecer, y ya luego haces frente a los actores buscando desenmascararlos, aunque cuando son varios es más difícil lidiar con su estrategia demoledora. Aunque cueste hay que seguir fuerte, porque la verdad como la luz no puede permanecer oculta, y el tiempo es sabio y pondrá a cada cual en su sitio. Y luego vendrá el juicio final… 

Una mente en calma trae fuerza interior y confianza en uno mismo, por eso es muy importante para la buena salud. Dalai Lama

Fotografía: Internet

No hay comentarios :

Publicar un comentario