domingo, 31 de julio de 2016

El nombre más hermoso

En el mundo indígena uno de los principios que constituyen el universo es el dolor, sin embargo los ojos de ese pueblo penetran en esta realidad sin miedo y la transforman en algo sublime.
Cuenta esta historia que un guerrero mirando a su hija recién nacida, tan hermosa le parecía, que no encontraba un nombre apropiado para ella, entonces decidió buscar lo más valioso del mundo y tomarlo como nombre para su primogénita. Salió temprano a caminar pensando que podría llamarla «Silencio», pues es hermosísimo… pero cuando comenzó a amanecer el guerrero detuvo sus pasos y dijo:
—No, la llamaré Aurora.
La elección del nombre no resultaba tan fácil. Continuó caminando y visitando amigos y mientras iba buscando un nombre hermoso para su pequeñita: Luz, Nieve, Mariposa, Paloma…
Por el camino se encontró al más sabio de los Indios que le aconsejó ir detrás de la montaña, a la casa de un pastor muy humilde y le dijo:
—Allí encontrarás lo que buscas.
Pacientemente el guerrero esperó fuera de la vivienda y pasado un buen rato vio salir a una niña, al fijarse en ella sintió escalofríos pues se encontraba cubierta de lepra, algo a lo que todos temían. En silencio observaba a la niña y pasados unos minutos se escuchó la voz cariñosa del pastor llamando a su hija, ésta se acercó corriendo y se fundieron en un fuerte abrazo y se llenaban de besos.
El rudo guerrero al ver aquella escena de amor verdadero se enterneció sin poder evitar que las lágrimas llenaran sus ojos y dejando el lugar, regresó a su casa convencido de haber encontrado el mejor nombre para su hija:
—La llamaré Heoma-nae-san «Amor en el Dolor». Aún en este mundo tan lleno de vanidad y egoísmo, a veces basta con pararte a observar y podrás comprobar que todavía reina lo verdaderamente importante, el amor incondicional.
—¿Qué es el amor?
—La ausencia total de miedo —dijo el Maestro.
—¿Y qué es a lo que tenemos miedo?
—Al amor —respondió el Maestro.

Así sucede. Muchas veces nuestros propios miedos nos impiden amar, porque el miedo nos proporciona inseguridad y la inseguridad nos pone a la defensiva sacando lo peor para hacer daño a quién vemos como rival.

sábado, 30 de julio de 2016

Nuria es mi ángel


Era una tarde soleada.
Una tarde de verano.
Llegó un ángel a la casa
y sumaban diez hermanos.

La familia está contenta
buscando un nombre a la niña.
Entre todos han decidido
que será llamada, Nuria.

Parecía estar bien
pero, comer no podía.
Te faltaba el aliento,
angelito de mi vida.

Al médico te llevamos
papá y yo caminando.
Placidamente dormías.
En tu cielo vas soñando.

Te sostenían mis brazos
con mis manos temblorosas.
Arropada entre mantitas
parecías una rosa.

No te quejabas apenas
aunque respirar no podías.
Tu paso fue silencioso.
Fueron sólo doce días.

Mi hermana Nuria se fue al cielo
cuando llegaba la tarde.
En los brazos tenebrosos
se quedó dormido mi ángel.

jueves, 28 de julio de 2016

Comparte tu maíz

En cierta ocasión un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, ya que año tras año sus productos le hacían ganador de un concurso. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.
¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos si usted también entra al mismo concurso año tras año? —preguntó el reportero.
Verá usted, señor —dijo el agricultor—. El viento lleva el polen del maíz maduro de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de peor calidad, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz debo ayudar a que mi vecino también lo haga.
Lo mismo ocurre con las situaciones de nuestras vidas. Quienes quieran lograr el éxito deben ayudar a que sus vecinos también tengan éxito. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.

sábado, 23 de julio de 2016

La verdad sigue siendo la verdad

Sobre la verdad decía Mahatma Gandhi:
Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto, o por estar años delante de tu tiempo. Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno sólo, la verdad sigue siendo la verdad.

viernes, 22 de julio de 2016

Las promesas del ángel

Un ángel le había anunciado a un hombre que le esperaba un futuro maravilloso: tendría oportunidad de hacerse muy rico, alcanzaría gran notoriedad y se casaría con una hermosa mujer con la que formaría una gran familia. Sin embargo, toda su vida esperó que lo que le había prometido el ángel se cumpliese y murió solo y pobre. Cuando llegó a las puertas del cielo se encontró con el ángel y le dijo:
—¡Nada de lo que me auguraste se cumplió!
Yo no te prometí nada, sino que tendrías oportunidades de conseguirlo —le explicó el ángel.
Ante el desconcierto de aquel hombre, el ángel prosiguió con su explicación:
¿Recuerdas que tuviste la idea de montar un negocio, pero a última hora te echaste atrás por miedo al fracaso? Pues años más tarde, un hombre puso en marcha el proyecto y hoy es multimillonario. Igual pasó cuando en tu ciudad hubo aquel devastador terremoto y te quedaste en tu casa para que no te robaran. Fue la ocasión de haber ganado fama de ciudadano ejemplar. Y por último, aquella guapa pelirroja a la que no te acercaste pensando que te rechazaría podía haber sido tu esposa y madre de tus hijos.

A menudo con nuestras indecisiones rechazamos oportunidades que nos cambiarían la vida. Como este pobre hombre, las dejamos pasar por nuestros miedos e inseguridades. A lo largo de nuestra vida desaprovechamos muchas de las oportunidades que se nos presentan y al final terminamos lamentándolo.

martes, 19 de julio de 2016

El hijo más inteligente

Viendo que el final de sus días ya no estaba muy lejos, un anciano decidió reunir a sus tres hijos para explicarles un asunto importante.
—Como sabéis, no soy un hombre rico y no dispongo de bienes suficientes para dejaros una gran herencia a todos. Por eso, he decidido que lo mejor será que sólo uno de vosotros herede todo lo que poseo. A los tres os quiero por igual, pero he tomado una decisión que espero que entendáis y encontréis justa. Entregaré todo cuanto poseo al que sea más hábil, más inteligente, más sagaz… Os daré a cada uno una moneda. El que compre algo que llene la casa se quedará con todo.
Los tres hermanos se miraron en silencio y cada uno tuvo una idea diferente. El primero de los hermanos compró varias alpacas de paja con las que consiguió llenar la pequeña vivienda hasta la mitad de sus paredes. El hijo mediano trajo varios sacos de plumas, pero con ellas apenas logró emular al primogénito.
Quedaba por llegar el más pequeño pero sus hermanos dudaban que consiguiese superarlos, aunque para su sorpresa fue él quien obtuvo la herencia. Sólo compró un pequeño objeto, una vela. Esperó que se hiciese de noche, la encendió y entonces llenó toda la casa de luz.
La luz de la casa de los padres la enciende los hijos con el respeto, la corresponsabilidad y el agradecimiento. Los padres no piden mucho, se llenan con los pequeños gestos de los hijos. De igual manera, en la vida son las pequeñas cosas las que más llenan y más satisfacen.

sábado, 16 de julio de 2016

Ella no sabe quién soy

Eran sólo las 8.30 de la mañana, pero aquel anciano, de unos 80 años, había llegado el primero a la consulta del hospital para que le quitasen los puntos de una herida que se había hecho en la mano. Hasta las 9 no empezaban las visitas, pero el doctor lo vio tan impaciente que le hizo pasar para atenderle e intentar tranquilizarlo. Comprobó que la herida estaba bien cicatrizada y preparó todo para hacerle la cura.
No se preocupe, no es nada grave. En unos días, apenas quedará marca —le comentó.
No es eso lo que me tiene alterado. Sólo quiero acabar pronto para ir al geriátrico a desayunar con mi mujer —le explicó el señor mayor.
El doctor se preocupó también por la salud de ella y el anciano le respondió:
Padece Alzheimer y hace tiempo que ya no sabe quién soy.
¿Y usted sigue yendo cada mañana, aunque ella ya no le reconoce? —continuó el médico.
A lo que el anciano, cogiéndole la mano y sonriéndole, contestó:
Verá, aunque ella no sabe quién soy yo, yo aún sé perfectamente quién es ella.
Mientras intentaba contener las lágrimas por la emoción, el médico pensó: «Ese es el amor que quiero yo para mi vida. El amor verdadero que nunca deja de existir y que se entrega a cambio de nada».

jueves, 14 de julio de 2016

Las muletas

Erase un pueblo en el que todos sus habitantes, desde los niños hasta los más ancianos, llevaban muletas para moverse de un lado a otro. Pero un día un joven se planteó prescindir de ellas para caminar sin necesidad de ayuda. Al plantear su idea a los más viejos del lugar, todos se echaron las manos a la cabeza y lo trataron de insensato y loco. El muchacho no estaba dispuesto a tirar la toalla así como así, ni siquiera cuando el consejo de sabios le envió un emisario que se dirigió a él en estos términos:
—Durante generaciones y generaciones, todos hemos aprendido a utilizar las muletas. Con ellas nos sentimos seguros y cómodos. Además, ¿cómo vas a ignorar el conocimiento acumulado durante siglos; los libros escritos sobre su uso, las piezas de nuestros antepasados atesoradas en los museos?
Pero nada le hacía desistir, ni siquiera las súplicas de su padre:
—Tu bisabuelo, tu abuelo y yo las hemos usado pero, ¡tú quieres romper con la tradición!
Al joven no le convenció los argumentos tradicionales y puso en práctica su convencimiento, aunque sabía que al principio le iba a costar ya que acostumbraba a depender del apoyo de las muletas. Fueron muchas las caídas pero era tanta su insistencia, que pronto consiguió mantenerse en pie y corrió libre sin necesidad de ayuda.

Lo mismo ocurre en nuestra vida, nos cuesta romper con los hábitos adquiridos, pero si nos lo proponemos, lograremos desafiar las convenciones para dejar de apoyarnos en las «muletas» de las costumbres y las manías, así lograremos ser nosotros mismos y encontraremos el camino hacia la liberación de ataduras impuestas por imposiciones sin fundamento.

miércoles, 13 de julio de 2016

En memoria de Miguel Ángel Blanco


EL ESPÍRITU DE ERMUA 13.7.1997

El clamor del pueblo vasco,
grita y pide, libertad.
Quieren enterrar el miedo
y poder vivir en paz.

El pueblo sale a la calle
silencioso se manifiesta.
Desean vivir tranquilos
sin disparos y sin bombas.

Hoy ha sido un gran día.
El pueblo puede gritar.
Porque ha perdido el miedo
reclaman su libertad.

Mantened vivo el espíritu
para que no os puedan matar.
El vasco no abandera vileza.
Los sádicos matan sin piedad.

sábado, 9 de julio de 2016

Los nietos

¿Qué son los nietos? ¿Unos hijos más…? ¡No! Son unos hijos duplicados. En los nietos se alarga la vida hacia unos límites de amor que no se soñaron. Los hijos fueron el testimonio, los nietos la confirmación. Por eso se quieren tanto, por eso son el juguete espiritual de la edad mayor. Hay en ellos una prolongación.
Una duplicidad en la función creadora y en la extensión de la especie. Un nieto es un anhelo convertido en realidad, a él le damos besos que tal vez no les dimos a los hijos, y ellos nos dan los besos que quizás ya nadie nos da. Se reactiva la juventud y el corazón palpita como si fuera un corazón adolescente. Con un nieto en los brazos tenemos al hijo. Tenemos la juventud que se nos quiso escapar un día. Tenemos el amor verdadero que nada pide y todo nos da.
Es maravilloso vivir esos retozos de los nietos, su inocencia infantil nos lleva a otros mundos animados por sus risas sonoras. Con los nietos se revive la historia del amor y el alma vuelve a florecer. El hogar viejo se torna joven y se renuevan las esperanzas. Los nietos son la fortuna que enriquecen y revitalizan el paso de los años para no caer en el pozo del olvido que nos conduce a la senectud.