miércoles, 8 de mayo de 2013

Atardecer


La tarde era de ensueño,
estaba encendido el cielo.
El fuego nos envolvía
con su embrujo y misterio.

Mi mirada se perdía
en el infinito, a lo lejos,
extasiada en el paisaje
profundo como un espejo.

Se entremezclan los colores
cuando el sol casi se ha ido;
contemplar tal maravilla
hace vibrar los sentidos.

Te sientes tan hechizada
que pareces estar levitando;
la paz te envuelve el alma
y oyes ángeles cantando.

Compruebas que no es un sueño
y te sientes agradecida
al universo, a la naturaleza
por disfrutar de la vida.