Despilfarros

Todos sabemos lo que significa despilfarrar: hacer gastos excesivos o superfluos, malgastar, derrochar… Pues eso es lo que ha pasado, pasa y pasará con los dineros públicos, mejor dicho, con los dineros de todos, y las consecuencias del despilfarro: arcas vacías, deuda millonaria, recortes sociales y más pobres…

En la economía doméstica lo tenemos claro, si entran mil doscientos euros al mes (el sueldo normal de millones de españoles) y son cuatro de familia no da para ahorrar y hay que hilar muy fino para poder comer, sin excesos ni exquisiteces, además agua, luz y teléfono, (ropa y calzado es un lujo) y que no se presente ningún imprevisto… pero si hay hipoteca ¿cómo nos arreglamos? En esta situación «mileurista» tendrían que estar tantos «jefillos» que hay por ahí enchufados: políticos, banqueros y sobre todo el presidente de la Patronal CEOE. Sus sueldos no tienen límites y lo exiguo e ínfimo para el trabajador asalariado, eso sí es indecente. Se asignan unos sueldazos y no son nada solidarios. Es escandaloso e indignante…

Ahora con el cambio de gobierno al presentarnos las cuentas de lo que cuesta la marcha de Zapatero, se queda uno helado. Sólo de indemnizaciones de Zapatero y su séquito suponen 4 millones de euros (1 presidente, 2 vicepresidentes, 13 ministros y 25 secretarios de Estado) que percibirán el 80% de su último salario anual durante un periodo de dos años. Recordar el sueldo vitalicio de 78.000 € anuales que perciben los ex presidentes del Gobierno.

También hay que tener en cuenta que los 350 diputados elegidos en las últimas votaciones, empiezan a cobrar desde el día siguiente de las elecciones, por tanto, pagamos dobles diputados, a los entrantes y a los salientes… Y el resto de los mortales cuando somos elegidos para un trabajo, no nos empiezan a pagar cuando somos aceptados, primero trabajas ¿no?

Todo trabajador tiene «encorsetado» su salario por medio de convenios y con suerte, el IPC anual, favorece un raquítico porcentaje de subida salarial (ahora estamos congelados…). ¿Por qué los presidentes de bancos, de empresas diversas, de fundaciones pueden cobrar cifras astronómicas? ¿Se necesita tanto para vivir? Pues ¡sí que son pobres!

Se comentaba que el Sr. Rajoy quería contar con el Sr. Rato para su gobierno, pero cómo va a dejar tan rica «mamadera» y mira que lo ganaría bien de ministro. Como presidente de Bankia cobra unos dos millones y medio de euros al año. ¡Impresionante! ¿Cómo podemos pagar tanto al presidente de la Caja de la provincia de Las Palmas en fusión con seis Cajas más?

Los bancos llegan a tener beneficios millonarios y sin embargo hipotecan de por vida a millones de personas: por una deuda de quince mil euros se pueden quedar con tu casa que vale noventa mil, o más. Dejan a sus propietarios en la calle y tienen que seguir pagando la hipoteca ¡increíble! Eso debe ser un delito porque es un «robo». Los bancos pueden vender esa casa sin haberla registrado a su nombre y evitan pagar el 7% de Impuestos Patrimoniales. ¿Puedo vender lo que no está a mi nombre? Eso creo que es un fraude a la Hacienda del Estado… En España ¿dónde está la Justicia?

El Tribunal de Cuentas tiene que existir y exigir detalles de cada euro que tiene cada departamento y podrá certificar y reclamar cada céntimo mal gestionado o invertido en obras faraónicas innecesarias: aeropuertos, estaciones de Ave, tranvías, monumentos estrafalarios, etc. Obras que van a parar a manos de amiguetes y siempre tienen un sobrecoste (argucia para desviar los dineros). Lo que no se hace bien tiene que tener sus consecuencias: hay que sancionar a los responsables y deben restituir el importe de su mala gestión.

Sería tanto el dinero que se recuperaría que no sería necesario hacer recortes, aunque creo que para ahorrar no habría que tocar ninguna partida destinada al estado del bienestar de los españoles: sanidad, educación, ayudas sociales… De entrada, el Senado con sus senadores que no pinta nada: ¡fuera! (miles de millones de euros que entran en las arcas). Los políticos que cobran dos y tres sueldos de la administración: ¡eso es indecente! (cualquiera que tenga una ayuda de 400€, si se le ocurre limpiar escaleras para ganarse unos 100€ más para poder subsistir… le quitan todo). Menos coches oficiales, viajes de placer, dietas y tarjetas de crédito y demás lindezas… ¡Está claro! Los políticos han legislado leyes para endiosarse, todo son ventajas y prebendas… Vanidad y arrogancia. ¡Intocables aforados!

España sueña que un día despierta con la «Ley de la Reforma del Congreso». Por fin… El limbo de los dioses no existe y en la enmienda a la Constitución se recoge:

1. El diputado será asalariado solamente durante su mandato. Y no tendrá jubilación proveniente solamente por el mandato.

2. El diputado contribuirá a la Seguridad Social y todo el fondo de jubilación del Congreso pasará al régimen vigente de la Seguridad Social, y el diputado participará de los beneficios, exactamente, en tiempo y forma como todos los demás.

3. El diputado debe pagar su plan de jubilación, como todos los españoles.

4. El diputado dejará de votar su propio aumento de salario.

5. El diputado participará del mismo sistema de salud que los demás ciudadanos españoles, si quieres otro, que se lo pague.

6. El diputado debe igualmente cumplir las mismas leyes que el resto de los españoles.

7. Servir en el Congreso es un honor, no una carrera. Los diputados deben cumplir su mandato (no más de dos legislatura). Después irse a casa y buscar empleo.

Candidato: Persona que obtiene dinero de los ricos y votos de los pobres para protegerlos a unos de los otros…

Menos discurso y más poesía. Esta es la hora de arreglar las prebendas del Congreso y de los que se meten en la política, porque no es lo mismo un cargo público, que una carga pública… Si todos tenemos los mismos derechos, pues no hay derecho que unos pocos tengan tantos derechos y la mayoría… al pozo de las lamentaciones.

Llama la atención como en algunas Comunidades para informarnos de lo que cuestan los servicios prestados (¡un despilfarro!) nos van a entregar facturas cuando vamos al médico, si nos operan, por el cole, etc. Esto es con la «sana» intención de que tomemos conciencia de lo que cuesta atendernos… Ellos que se asignan salarios de «atraco a mano armada» y despilfarran todo lo que llega a sus manos con campañas de lo que sea para desviar los dineros, que sabe Dios hacia dónde se cuelan… Es preocupante cómo se manejan las cuentas públicas y con qué facilidad se pueden llenar los bolsillos.

¿Y la declaración patrimonial? ¡de pena! Y ¿cómo se oculta el dinero? Pues: Evadiéndolo a países fiscales. Con una entramada red de sociedades. Endosándolo a familiares, en fin… que el que hizo la ley hizo la trampa.

Despreciable y repugnante saber que los dineros destinados al bienestar de los ciudadanos, esos «politiquillos delincuentes» lo destinen a cocaína, fiestas, borracheras, prostíbulos, mariscadas, bajezas varias, que hablan por sí sola del tipo de justicia y el nivel de democracia que hay en España. «La ley de la selva» y no pasa nada… Y si conjugamos el verbo votar: Yo voto. Tú ganas. Él pierde. Nosotros nos jodemos. Vosotros os forráis. Ellos van al paro.

Es deplorable la herencia que dejó Zapatero, pero Sr. Rajoy, que la cargas de levantar el país no recaiga sólo sobre las clases medias. Ustedes los ricos tienen de dónde sacar y podrán seguir viviendo dignamente y comiendo tan ricamente. Esto será, según usted, un esfuerzo por poco tiempo porque pronto la economía nos será favorable y se acabará el sufrimiento. Así sea.

A todos los que viven de nuestros impuestos, tenemos que exigirles responsabilidades, los despilfarros no deben quedar impunes: a la cárcel y que devuelvan el dinero que tanta falta que hace y, por supuesto, para que tomen conciencia nos van a presentar todas las facturas: del coche oficial y su chófer, del avión, del móvil, de las fiestas, comilonas, trajes de galas para actos y más actos… sí nos enteraremos y se enterarán de lo que nos cuesta reyes, presidentes y políticos, y sepan valorar «su chollo» y el esfuerzo de los ciudadanos para mantener a tanto cargo público; y no hablamos de «supuesto despilfarro», es «flagrante despilfarro».

Fotografía: Images Money, cc.