sábado, 14 de junio de 2025

Vivir en armonía

 


Vivir en armonía contigo y con lo que te rodea, es lograr un equilibrio en tus pensamientos, acciones y sentimientos, a fin de disfrutar de cada momento. Vivir en paz contigo mismo y con los demás, te aporta una energía positiva que recorre todo tu ser y te da felicidad, calma, paciencia y sabiduría para enfrentar situaciones adversas y gozar de todo lo hermoso de la vida.

Para estar en armonía con uno mismo, se debe olvidar la idea de perfección, porque estar y vivir en equilibrio es otra cosa, involucra sentir paz, felicidad, plenitud, satisfacción, realización, para trabajar la conciencia consciente de nuestro día a día.

Para vivir en armonía, en primer lugar, no debes compararte con nadie, ya que cada situación personal tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por ello, quédate únicamente con el lado bueno de tu vida. En caso de que tu balanza no esté equilibrada, es decir, en caso de que sientas que el lado negativo puede al positivo, entonces, plantéate qué puedes hacer tú para optar por el cambio y mejorar tu posicionamiento. 

Convivir es algo que todos hacemos en nuestra rutina diaria. Sin embargo, cada situación es diferente. Cada individuo forja sus principios y valores con su educación, y su buen comportamiento dependerá de la armonía entre la flexibilidad para aceptar las aportaciones de los demás y la confianza de mantener lo que es fundamental.

La convivencia muestra la real vertiente social de un ser humano. Sin embargo, antes que estar bien con los demás, es indispensable estar bien contigo mismo. Convivir es compartir, aquí no caben rivalidades ni falsedades: yo por ti y tú por mí. En las relaciones sociales propias de la convivencia que tienen un carácter de más intimidad, es indispensable aprender a ceder. Es decir, tener la capacidad de evitar conflictos innecesarios, perdonar y ser generoso con el otro. En este sentido, aquellas personas que se están acostumbrados a que todo esté a su gusto y capricho, puede llevarles un tiempo adaptarse a vivir con otra persona, y de no adaptarse, la convivencia no es posible.

Convivir en armonía, también supone entender que cada persona necesita su espacio, es decir, su lugar de intimidad y un punto en el que poder encontrar la calma. Y a la hora de resolver los conflictos, es necesario el respeto para mejorar la comunicación sincera. Aceptemos todo lo que somos, lo que posees y lo que has hecho. Agradece todo lo que tienes: familia, amigos, educación, cualidades, logros, posibilidades, etc. No te olvides que no somos perfectos, pero tenemos capacidad de aprender, de rectificar y de mejorar.

La armonía interior es la proporción y correspondencia de unas cosas con otras en el conjunto que componen al ser, es decir, cada vez que actuamos de acuerdo con nuestros valores, nuestras acciones honran a nuestras palabras. Cuando somos honestos con nosotros mismos, estamos en armonía y la armonía está profundamente conectada con el equilibrio de nuestra mente, cuerpo y alma. La armonía representa el camino para alcanzar la paz y la paz es la felicidad más elevada. Al estar en armonía con uno mismo, se puede dar la bienvenida a todo lo bueno que la vida nos ofrece. 

El ser humano tiene cierta tendencia a buscar la falta de armonía y crea conflictos a través de la envidia y el egoísmo. Nos cuesta reconocer el valor que nos aporta el otro, en ocasiones simplemente no nos damos cuenta de que lo único que necesitamos es amor. Y cuando no hay amor, hay desequilibrio emocional que crea vacío y del vacío aflora lo perverso del ser. Pero, a veces no aceptamos la ayuda que nos ofrecen y que nos aporta fortaleza, y nos movemos en valores individuales y subjetivos, por tanto, para poder convivir con cierta armonía necesitamos conocer, comprender y adaptarnos en parte a los valores que expresan los demás, para que la armonía fluya.

Seamos agradecidos. Demostremos a las personas que queremos y que nos quieren, lo mucho que significan en nuestra vida. Somos criaturas sociales y es importante tener fuertes conexiones con otras personas. Pero, a veces, muchas veces, por evitar enfrentamientos innecesarios, buscas la soledad y hacer cosas por ti y para ti. Dice el dicho, que mejor  estar solos que mal acompañados.

Hay estudios que demuestran que la capacidad de tolerar el tiempo a solas, se relaciona con un aumento de la felicidad, al igual que hacer cosas por y para uno mismo nos ayuda a sentir satisfacción y a controlar el estrés. Con lo cual, las personas que disfrutan del tiempo a solas y hacen cosas por ellos mismos experimentan una alta autoestima. Vivir solos no quiere decir que no vivamos en sociedad. Sales de tu casa y te relacionas socialmente en calles, plazas y teatros; y llegas a tu casa y encuentras el remanso y el descanso.

En principio, somo seres sociables, aprendamos a convivir en armonía. Seamos comprensivos y respetuosos con los demás, para que lo sean también con nosotros. Nadie es más que nadie y todos somos viajeros del tiempo… Y el tiempo, pone a cada cuál en su lugar.


Fotografía: Internet


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