Cada persona libra su propia batalla interna. A medida que
vamos creciendo y acumulando conocimientos, de manera instintiva creamos un
pequeño universo personal desde el cual definimos nuestro modo de comunicarnos
con los demás. Este núcleo íntimo, desde el cual se consolida una amplia gama
de formas de relacionarnos con el mundo que nos rodea, ya ha sido marcado por
las experiencias vividas desde que nos arrojaron al mundo y algo también influyen los genes.
Platón dijo alguna vez: “Se amable, pues cada persona con
la que te cruzas, está librando su ardua batalla”.