sábado, 28 de septiembre de 2024

¿Qué entendemos por espiritualidad?

 


¿Qué entendemos por espiritualidad? La espiritualidad, nos orienta a cultivarnos por dentro para ser mejores seres humanos y personas más felices.

La idea de espiritualidad es difícil de describir en pocas líneas. A veces se ha definido como la capacidad que tenemos para comprender lo que somos y el papel que desempeñamos en el mundo como seres humanos. Sin embargo, esta definición puede resultar muy general y bastante abstracta. Lo que parece claro es que la dimensión espiritual es genuinamente humana. La vida espiritual es lo que nos diferencia de otros seres vivos, con los que compartimos la vida biológica.

A veces parece que se comprende mucho mejor la idea de no espiritualidad, así como las consecuencias de llevar una vida desenfrenada, poco planificada, irreflexiva, poco centrada en lo importante, llena de superficialidades, que nos lleva a ir dejando pasar los años sin la oportunidad de centrarnos en lo que realmente somos y queremos ser.

Muchas personas se lamentan de vivir así, llevando unas vidas azarosas que producen un gran sentimiento de vacío y desasosiego. No ser capaces de encontrar la paz interior produce infelicidad e insatisfacción. Sin embargo, trabajar por nuestro crecimiento personal, por ser mejores para nosotros mismos y para los demás, nos ayuda a encontrar bienestar y satisfacción, dirigiéndonos a la paz interior. En este sentido, la espiritualidad también tiene una parte de propósito y búsqueda de significado personal. El propósito es una parte de la espiritualidad, un camino para combatir la insatisfacción humana, ya que supone buscar experiencias que hagan que nuestra vida personal tome sentido, buscando alternativas para llenar el vacío interior y contribuyendo así a nuestra felicidad.

Cuando uno está enfermo y va al médico o al hospital no oculta su estado, sino que habla de los síntomas con naturalidad para recibir un tratamiento. Pero nosotros vivimos en una sociedad enferma que ha dejado de lado su dimensión espiritual. "¿Cómo me siento?"». Pruebe a hacerse esta pregunta de un modo profundo y responda con honestidad. Tal vez resuene internamente un "bien1, "mal" o "regular", pero lo más probable es que aflore un "no lo sé", como si algo no acabase de estar del todo bien, pero tampoco mal.

En nuestra sociedad actual, se le da mucha importancia al desarrollo físico y mental del ser humano, dejando de lado muchas veces la dimensión espiritual. Sin embargo, esta dimensión es fundamental en la vida de cada individuo, ya que nos conecta con nuestro propósito, valores y creencias, brindándonos un sentido de trascendencia y plenitud, ya que es una parte integral de la existencia humana y juega un papel crucial en el bienestar emocional y mental de las personas. Aunque a menudo se pasa por alto en la sociedad actual, cultivar y nutrir esta dimensión, puede tener beneficios significativos en nuestra vida.

La espiritualidad se refiere a nuestra conexión con algo más grande que nosotros mismos, ya sea una creencia religiosa, una fuerza cósmica o un sentido de propósito y significado en la vida. A través de la práctica de la espiritualidad podemos encontrar consuelo, esperanza y fuerza en tiempos difíciles, así como experimentar una mayor alegría y satisfacción en nuestra vida diaria.

La dimensión espiritual hace referencia a la experiencia interior más profunda de la persona, que la conduce a dotar de sentido y propósito a las propias acciones y existencia, sean cuales sean las condiciones externas, lo que significa aprender cómo encontrar disfrute en la experiencia cotidiana; a contar con un sistema de valores y con el compromiso de aplicarlos; a centrarse en algo que va más allá de uno mismo, esto es, a trascender; al uso del propio potencial creativo; a la contemplación de la vida y a aprovecharla de acuerdo con las propias aspiraciones y convicciones y las del grupo al que se pertenece. Incluye realizar las prácticas asociadas a la fe, a las creencia y a los valores morales que se profesan.

Supone contar con un sistema de pensamiento que permita comprender la vida, su dirección y su expresión, que oriente elecciones y juicios, que organice proyectos y que dote de dirección última a nuestras acciones individuales. Puede estar o no impregnada de espiritualidad, entendida ésta como una relación personal con el ser trascendente o, sin creer en un dios, puede existir una fuerza unificadora en sí misma, que conduce a sentir inclinación por la vida y por la unidad con el cosmos. Aunque para su desarrollo precisa de un cierto grado de maduración en los procesos de dimensión biológica y psicológica, que hacen posible la conciencia y la intencionalidad.

Todas estas dimensiones experimentan procesos de desarrollo y se influencian mutuamente. Se insertan en el contexto global del ecosistema humano, el mundo natural con otros semejantes organizados en grupos significativos, el principal de los cuales es la familia, sin olvidar los amigos, los compañeros y los miembros de otros grupos de apoyo, las instituciones sociales y la sociedad global. Si bien todas las dimensiones son igualmente importantes, cada una de ellas puede aparecer en primer plano, según las circunstancias existentes.

Cada una de las cuatro dimensiones en que se describe a la persona se encuentra en relación permanente y simultánea con las otras, formando un todo en el cual ninguna de las dimensiones que lo componen se puede reducir o subordinar a otra, ni puede ser contemplada de forma aislada. La persona así entendida desarrolla su vida en un contexto concreto donde se dan las diversas situaciones en las que ésta participa. Las cuatro dimensiones identificadas resultan de la interacción dinámica entre la dotación genética y el contexto, y dotan de singularidad. La interacción contexto-persona-situación, genera necesidades –induce cambios en la persona– y condiciona los medios y los recursos para abordarlas. Debido a todo ello, cada persona es única e irrepetible, y muestra formas particulares de funcionar, pensar, actuar y sentir.

Está claro que la dimensión espiritual en el ser humano, desempeña un papel fundamental en su desarrollo y bienestar integral. porque no se limita únicamente a creencias religiosas o prácticas esotéricas, sino que abarca aspectos más profundos de la existencia humana.

Una de las principales funciones de la dimensión espiritual es proporcionar una guía moral y ética en la vida de las personas. A través de creencias y valores arraigados en lo más profundo de su ser, los individuos encuentran principios que les ayudan a discernir entre el bien y el mal, a tomar decisiones conscientes y a actuar de manera coherente con sus convicciones. De ahí, la importancia de la dimensión espiritual en nuestras vidas, porque juega un papel fundamental en la vida del ser humano. Nos conecta con un propósito más elevado, haciendo que nuestra existencia tenga un significado más profundo y trascendental.

La deshumanización de la sociedad nos ha hecho alejarnos de la dimensión espiritual, que es aquella que está más allá de nuestros egos. Para recuperar la dimensión espiritual en nuestras vidas, necesitamos conectar con nosotros y con los demás a un nivel más profundo del que normalmente lo hacemos.

Cada día que pasa, me planteo más lo importante que es dar gracias cuando todo en nuestra vida va funcionando de forma natural. En general, nos cuesta valorar aquello a lo que estamos acostumbrados. Vivimos de manera inconsciente, con gran avidez de novedad. Cuando algo nuevo lo incorporamos a la vida cotidiana, perdemos interés y eso hace que seamos menos agradecidos.

No olvidemos que somos humanos espirituales. Con nuestra capacidad humana, intentemos interpretar el mundo, pero no nos dejemos engullir, para que nuestra dimensión espiritual (la que nos diferencia de otros seres vivos), nos ayude a dar respuestas a las incógnitas de los argumentos planteados. Enfoquemos la espiritualidad como el camino para combatir las insatisfacciones, ayudándonos a buscar experiencias que hagan que nuestra vida personal tenga sentido, para llenar el vacío y contribuir así a nuestra felicidad.

“Vivan con pasión. Den de sí lo mejor y agradezcan todo a todos”.

Fotografía: Internet

 

 

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