Los valores han cambiado a lo largo de la historia, unos han cobrado importancia y otros la han perdido. Sin embargo, durante los últimos años, este proceso se ha acelerado, la globalización y los nuevos canales de comunicación han conectado el mundo, los valores de las distintas culturas quedan en entredicho y comienzan a asimilarse, la era industrial termina y comienza la de la información, muchas veces desinformando.
Puesto que, los valores de una sociedad se definen por los comportamientos de esta, podríamos decir que son los valores lo que la identifica, es la esencia del grupo y del individuo en concreto; los valores ponen en valor al individuo y a la colectividad.
Los valores nos empujan a decidir ser mejor cada día. Si nos convertimos en la expresión de los VALORES más sublimes, te aseguro que haremos la diferencia y en nuestras manos estará construir un mundo extraordinario.
Este es el milagro de cada día, el trabajo, la entrega, para hacer las cosas con corazón, mezclado con una sonrisa y una palabra acogedora.
Haced las cosas siempre por amor, porque el que no ama lo que hace, aunque lo haga todo el día, es un desocupado. Hay que priorizar la ternura, la caricia, el beso, el abrazo, tocar hasta mancharte…
Cuando llegamos a mayores revestidos de valores, las arrugas nos saben a gloria, las canas a sabiduría y los trastornos de hacerse mayores nos saben a curvas del camino y saber sobrellevarse con amor.
Al anochecer de la vida, la soledad se agranda y hay que combatirla con cariño. No olviden que, entre todos, es posible un mundo mejor.
Tengo la esperanza de que esta generación de humanos, libres, iguales e individualistas se convierta en una sociedad de valores fraternales y consiga vencer el desmembramiento social y familiar.
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