Los estudiantes de la escuela Tendai solían practicar la meditación mucho antes de que el Zen llegase al Japón. Cuatro de estos estudiantes, amigos íntimos, se prometieron estar siete días de absoluto silencio.
Durante el primer día todos permanecieron callados. Su meditación había empezado con buen pie, pero al caer la noche, como quiera que la luz de las lámparas de aceite había empezado a palidecer, uno de los estudiantes no pudo evitar decir a un sirviente:
—Recarga esas lámparas.
Un segundo estudiante se quedó estupefacto al oír hablar al primero.
—Se suponía que íbamos a guardar silencio.
Entonces, el tercero dijo:
—Sois los dos unos estúpidos. ¿Por qué habéis hablado?
Y el cuarto estudiante concluyó:
—Yo soy el único que no digo nada.
La filosofía del silencio es fundamental para meditar, para conocerse a uno mismo y para conocer a los demás. La práctica del silencio te evitará muchos problemas y será de gran ayuda a la hora de resolverlos. Profundizar en la meditación y en el autoconocimiento te alejan de ser cómplices de la mentira y de alcahuetear. Calla y escucha. En el silencio de tu alma encontrarás tu Paz interior.
No hay comentarios :
Publicar un comentario