La aurora está llamando
al día: que se despierte.
El sol enciende las montañas,
un nuevo día amanece.
Ya la luna, las estrellas
y los luceros se ocultaron,
y el embrujo de la noche
a la aurora contagiaron.
Y empiezan a salir los colores
y el sol a todos nos abraza,
nos inunda de energía
sin distinciones de raza.
El día pasa agitado
por las prisas de la gente;
mientras, la naturaleza
se nos muestra alegremente.
Y la aurora espera al ocaso
para vivir sus amores.
Mientras la tierra se duerme,
ellos apagan sus ardores.