domingo, 21 de abril de 2013

Paradojas

Una pareja en la 'Habitación de Ames'.

Paradoja es una idea extraña, opuesta a lo que se considera lógico, correcto o verdadero frente a la opinión general, aunque es un poderoso estímulo para la reflexión. Los filósofos se sirven de las paradojas para revelar la complejidad de la realidad.

Verdaderamente, la paradoja nos lleva a una profunda reflexión… Por ejemplo, actualmente en España, mientras nos vamos enterando de los miles de millones que han birlado más de uno, dinero que el contribuyente aporta para recibir a cambio las prestaciones básicas del bienestar, el país se ha empobreciendo y, por arte de magia, el dinero ha ido a parar a maletines varios para cruzar ‘las fronteras ilegales’.

En verdad, no hay vergüenza, ni ética, ni justicia, ni democracia. Cuando no se teme a la Justicia se pisotea a las leyes. Cuando no respetas a tus semejantes no hay solidaridad… Vamos descubriendo últimamente lo inapropiado en el modo y manera de proceder en política, cosa propia de gente sin escrúpulos y que se aprovechan de la oportunidad para saquear las arcas deliberadamente.

Qué paradojas. Hoy en día la política se ha convertido en un ejercicio de poder. Los políticos utilizan el poder para saltarse todos los límites. Ya no cumplen sus promesas ni desempeñan su cometido: proteger y defender las causas sociales, sino que, aprovechándose de su estatus, el esfuerzo de su trabajo va dirigido a garantizarse un holgado futuro y se dedican a encausar sus asuntos personales. Por otro lado, la justicia, que debe ser implacable e imparcial frente a estos hechos que se han convertido en una forma de gobernar, está ciega y para disimular se pone una venda; por eso pasa lo que está pasado… Si no se actúa, o si se actúa para aparentar pero no se penaliza, no hay justicia.

Otra paradoja muy llamativa y que en estos tiempos era impensable: en España, miles de familias no tienen que comer, dependen de Cáritas, mientras que toneladas de alimento van diariamente a los vertederos de basura. Unos no tienen que comer, otros desperdician.

También se da la paradoja de que muchas familias no tienen un techo para vivir cobijado, mientras que cientos de casas sociales están cerradas sin entregar y otras sin habitar…

Otra cosa paradójica y que viene dada por las desigualdades es que los políticos, aparte de las prebendas, tienen varios sueldos. Sueldos que ellos se asignan desorbitadamente, a capricho, e incluso cobran por figurar en reuniones a las que no asisten pero existen para los sobres; ‘pasta gansa’… Mientras, millones de personas no encuentran trabajo y se les deniega una ayuda digna. ¡Ellos tendrían que ponerse en el lugar de esos padres de familia, a ver si pueden vivir con 400 euros al mes!

Gran paradoja: la natalidad. Por una parte se quejan de que en España nacen pocos niños y por otra, te facilitan que sea legal que los mates, y te dan la noticia: «El aborto bate récords en España». No se puede llamar a un asesinato ni aborto inducido, ni interrupción del embarazo; si se elimina una vida, se mata…

Paradójicamente, tenemos nuestros campos, campos de España, campos de mi Canarias, tristemente abandonados. Tierras fértiles que tiempo atrás eran la despensa de los españoles pero que hoy te prohíben que trabajes para traer de otros países lo que podemos cultivar en casa.

Algo terrorífico y muy llamativo es que países ricos fabriquen armas para vendérselas a los países pobres —gobernados por sátrapas miserables— para que el pueblo se muera, más si cabe de hambre y bañados de sangre…

La sociedad de hoy y de siempre está llena de contradicciones porque atraviesa por los mismos sinsentidos. Ya desde la creación, el hombre ha sido contradictorio con sus principios.

Dicen que Dios creó al burro, y le dijo:
–Serás burro, trabajarás al sol, cargarás sobre tu lomo todo lo que te pongan y vivirás 20 años.
El burro le contestó:
–Señor, seré todo lo que me pides pero 20 años es mucho. ¿Por qué no mejor 10 años?
Y Dios creo al burro.
Después Dios creó al perro, y le dijo:
–Serás perro, cuidarás la casa de los hombres, comerás lo que te den y vivirás 15 años.
Y el perro le contestó:
–Señor, seré todo lo que me pidas pero 15 años es mucho. ¿Por qué no mejor 10 años?
Y Dios creó al perro.
Luego Dios creó al mono y le dijo:
–Serás mono, saltarás de árbol en árbol, harás payasadas para divertir a los demás y vivirás10 años.
El mono le contestó:
–Señor seré todo lo que me pidas pero 10 años es mucho. ¿Por qué no mejor 5 años?
Y Dios creó al mono.
Finalmente Dios creó al hombre, y le dijo:
–Serás el más inteligente de la tierra, dominarás al mundo y vivirás 30 años.
El hombre le contestó:
–Señor seré todo lo que me pides, pero 30 años es poco. ¿Por qué no me das también los 20 años que no quiso el burro, los 15 que no aceptó el perro y los 10 que rechazó el mono?
Y Dios creó al hombre.
Y he aquí la paradoja:
Así es que el hombre vive 30 años como hombre, después se casa y vive 20 como un burro, trabajando de sol a sol y cargando sobre su espalda el peso de la familia, luego se jubila y vive 15 años como un perro, cuidando la casa, comiendo lo que le den y termina viviendo 10 años como un mono, saltando de casa en casa de los hijos, y haciendo payasadas para divertir a los nietos.

Ya dijo José Antonio Marina: «Mientras que objetivamente estamos mejor que nunca, subjetivamente nos encontramos profundamente insatisfechos».

La insatisfacción y el vacío nos deprimen y en ese estado nos perdemos lo mejor de la vida, la oportunidad de poder amar. Vivimos en el mundo cuando amamos, por eso, algunos piensan que viven para amar, otros aman para vivir. Que así sea.

Fotografía: Ian Stannard, cc.

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