sábado, 8 de mayo de 2010

Tradición e identidad

Un joven tira de un buey.


Tradición es el conjunto de bienes culturales que una generación hereda de las anteriores y, por estimarlo valioso, trasmite a las siguientes. Se considera tradicionales a los valores, creencias, costumbres y formas de expresión artística característicos de una comunidad, en especial a aquéllos que se trasmiten por vía oral. Lo tradicional coincide así, en gran medida, con la cultura y el folclore o «sabiduría popular». Institucionalmente todas estas manifestaciones están presentes en su versión actual en el folclore, que se concreta en las fiestas anuales para celebrar las fiestas populares de los pueblos.

Las señas de identidad de un pueblo son sus tradiciones. Tradiciones artísticas y culturales como la artesanía, la cocina, la música, la vestimenta tradicional-trajes típicos, todo lo que nos una a ese pasado remoto nos proyecta a un futuro enriquecedor.

Últimamente en Canarias, ha resurgido el interés por los usos y costumbres ancestrales y así se está manifestando en las fiestas de todos los pueblos de las Islas.

Los rasgos culturales de antaño que nos distinguen y las particularidades de nuestra tierra, deben permanecer como legado vivo, para que ayude a los jóvenes a entender su pasado y les oriente para seguir construyendo, con identidad, su futuro.

En Gran Canaria tenemos que agradecer a nuestro querido, Néstor Álamo, que a mediados del siglo pasado impulsó la romería-ofrenda a la Virgen del Pino. A partir de entonces, empieza a despuntar el tipismo que fue tomando carácter y notoriedad. También la llamada de atención del alcalde de Teror, no exigiendo pero si pidiendo, que para participar en la romería-ofrenda había que ir ataviados de vestimenta tradicional y poco a poco, ha ido arraigando en la sociedad canaria lo típico.

No hay nada más enriquecedor que saber de nuestros ancestros: cómo vivían, cómo vestían, qué comían, sus cantos y bailes, sus juegos… Es emocionante tomar contacto con el ayer, que nos impulsa con más fuerza hacia el futuro sin perder la identidad.

La noble labor de rescatar la «canariedad» tiene un valor inconmensurable, por tanto, hay que rescatar para preservar y conservar. No podemos rescatar para deformar, por ello hay que exigir respeto por las tradiciones.

A partir del mes de mayo comienzan a celebrarse por toda la isla de Gran Canaria sus fiestas populares. Durante todo el verano, no hay semana que no haya un pueblo celebrando sus fiestas patronales y todas cuentan en sus festejos con la romería-ofrenda, para la cual, se ruega que vayan ataviados con los trajes típicos. Los varones se ponen un pantalón negro, una camisa blanca, un chaleco y un cachorro y van bien ataviados, ahora que con las mujeres lo tenemos bien feo. A las mujeres les pediría un poquito de mesura.

Sobre gustos no hay nada escrito… Cada mujer es libre de vestir como le dé la gana ¡faltaría más…! Aunque en la modernidad, la elegancia y la moda no están reñidas con la decencia. Ahora bien, si te vistes como vestían las mujeres canarias en la antigüedad, debes de respetar el modo y la forma de antaño. Nadie nos obliga a vestir a la antigua usanza, pero si lo haces, hazlo copiando y no deformando. No se puede pretender actualizar lo que es antiguo.

Donde pecan las mujeres es con las blusas. Las faldas largas, enaguas y el delantal, bien… pero, deben saber que las blusas o camisas deben ser cerradas al cuello y llevar mangas, como mínimo, hasta el codo. Piensa que hasta los inicios del siglo pasado, no era decente enseñar las piernas ni los codos, por tanto, para representar a esa época, no puedes tener la desfachatez de ponerte una camiseta de tiras. Tampoco una blusa sin mangas con escote generoso, ni blusas de hombros fuera del folclore mejicano ¡no! Lo indecente es una falta de respeto a la mujer de ese tiempo y no se puede aceptar como tradicional. Exijamos rigor. Lo mejor que se puede hacer es, cuando en los programas de fiestas pidan vestimenta tradicional, añadan, respetando la tradición, y si en la romería van con las blusas fuera de contexto, que no vayan en el desfile. Debemos ser exigentes para preservar la integridad de los tiempos. Me parece una falta de respeto cuando veo en las carrozas, la malformación y deformación de la tradición.

En la vestimenta tradicional, contamos con lo más moderno que es el modelo de Néstor de la Torre, la blusa tiene un escote en pico, pero nada exagerado.

Por favor, pido a las Comisiones de Fiestas y las Asociaciones de Vecinos que traten de proteger la vestimenta tradicional informando sobre la importancia de preservar, la forma y modo de la moda de antaño. Pidan a los Ayuntamientos un catálogo de modelos antiguos, si no al Cabildo Insular, copien y repartan…

Hay que proteger y conservar con rigor y poner esmero en su divulgación. Ruego a los Ayuntamientos que tengan en cuenta este tema, porque sino, no vamos a tomar conciencia del grave error que estamos cometiendo y el perjuicio que ocasionamos a nuestra propia historia. Rigor y respeto por lo nuestro.
Tenemos como modelo y ejemplo a los grupos folclóricos que nos muestran un amplio abanico de la riqueza y variedad de la vestimenta, tanto de faena como de gala.
Tiene una gran valía esa labor de rescatar con sumo cuidando hasta el último detalle, respetando hasta los tejidos para confeccionar con exactitud en tiempo y forma.

Admiremos la labor de las personas que protegen y conservan la tradición, y luchemos para que en las romerías de los pueblos no se siga deformando, degenerando, destruyendo, la vestimenta tradicional.
Debemos proteger, conservar y transmitir y para ello, tenemos que crear conciencia entre la gente de la importancia de preservar nuestra herencia colectiva, porque sin tradiciones, no sabemos dónde nos encontramos y hacia dónde podemos marchar.

Fotografía: Juan Fco. Marrero, cc.

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