El amor de Jesús
es gratuito y liberador.
Amor de amigo, de hermano
incondicional, redentor.
Todos los hombres te buscan,
atentos escuchan tu voz;
eres el amor de la vida,
luz que guía, buen pastor.
Allí donde hermanos nuestros
trabajan por la verdad,
brilla el espíritu de tu nombre
con justicia y libertad.
Si un día te me presentas
pobre, sin casa, ni abrigo:
¿podré yo reconocerte
y ayudarte, gran amigo?
¿Sabré yo reconocerte?
¡Señor de mi vida y de mi amor!
Encárnate en mis entrañas:
sé mi huésped, ven mi Dios.