El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del
pensamiento y manantial del amor. Rubén Darío.
Los libros aguardan cientos de miles de historias esperando
para ser leídas. Historias de amor, historias de la guerra, historias de
engaños, de fantasías, de suspense, de terror y de cualquier temática que sea
susceptible de ser impresa sobre las hojas de estos maravillosos productos.
Miles de historias, cuentos, novelas e investigaciones pueden encontrarse
almacenadas en las estanterías de las librerías.
El libro es la expresión del pensamiento humano transmitido a
través de un sistema de escritura realizada sobre una materia duradera y
transportable. El libro tiene sus antecedentes en lo que llamamos el libro oral
o prehistórico, que consistió en la transmisión de cosmogonías, normas
religiosas, códigos legales y poesía.
Para hablar de la historia del libro hay que tener en cuenta
cuáles son las características con las cuales definir qué es un libro, ya que a
día de hoy aún no existe un acuerdo común en cuanto a las limitaciones y metodologías,
así como en los objetivos y las disciplinas que intervienen en el estudio de la
historia de estos. Tal como definió la UNESCO para fines estadísticos, un libro
debe cumplir con las siguientes características: Debe ser una publicación
impresa no periódica, debe tener, como mínimo, 49 páginas y debe estar editada
en el país y puesta a disposición del público.
Y ¿cuándo se inventó el primer libro? El primer libro, puede
tener su origen en la antigua Mesopotamia. La forma de libro más antigua, según
los historiadores, consistía en aquellas pequeñas tablillas de arcilla, madera,
marfil u otros materiales que se utilizaban como soporte para la escritura.
Aunque no se tiene constancia de ello, probablemente el primer libro de la
historia puede tener su origen en la antigua civilización mesopotámica por los
sumerios en el IV milenio a.C. —según este formato, como medio de
comunicación—.
El origen y evolución del libro en la antigüedad continúa en
Egipto, donde se cree que se comenzó a utilizar la tinta por primera vez, así
como el soporte de papiro —el cual comparte unas características muy similares
con el papel y era obtenido de una planta acuática que crecía a orillas del
Nilo—. El libro egipcio puede considerarse como la segunda forma de libro en la
historia. Continuando con la explicación sobre el origen y la evolución del
libro, el siguiente lugar donde debemos fijarnos es en Grecia. En esta región
se empezó a utilizar el papiro hacia el siglo VII a.C. Este convivió con otros
materiales como las tablillas de madera rehundida, que eran rellenadas de cera
o de pergamino —aunque también las pieles utilizadas como soporte de
escritura—. Las constantes relaciones comerciales entre Egipto y Roma dieron
paso, por otro lado, a que el pergamino también se extendiera en esta zona del
mapa. Ahora bien, el pergamino fue cayendo poco a poco en desuso, hasta que
desapareció por completo en el país. A finales del siglo V d.C. este fue
sustituido por el códice de pergamino en el cual se podía escribir por las dos
caras.
El libro en la Antigüedad. En el Neolítico, las necesidades
administrativas y económicas fueron la causa principal del origen y el
desarrollo de la escritura. En un principio los símbolos o dibujos eran meros
pictogramas, luego comenzaron a representar ideas o acciones abstractas y el
último paso fue la aparición del fonograma, que derivó en las letras de los
alfabetos.
El primer pueblo que utilizó el libro como medio de
divulgación fue el sumerio y lo hizo con tablillas, las cuales servían de
soporte a un tipo de escritura conocida como cuneiforme (este modelo de
escritura perduró más de 2000 años y su desciframiento fue gracias a las
aportaciones del británico Sir Henry C. Rawlinson, a mediados del siglo XIX).
Egipto fue la primera civilización que empleó la tinta y el
papiro, que fue el soporte más usado en los manuscritos (su uso se extendió a
partir del siglo IV a. C., en época de Alejandro Magno). El papiro era un
material muy caro y por ello se reutilizaba, pasando a llamarse palimpsesto.
Los escribas utilizaban tintas vegetales (negra y roja) y esto posibilitó que
los egipcios ilustraran en los libros (el libro egipcio fue el primer libro
ilustrado de nuestra historia).
El gran legado de China fue la invención del papel, en el año
d. C., a manos de T’sai Lun. En Siria, Fenicia y Palestina, en el II milenio A.
C. apareció un nuevo sistema de escritura, el alfabeto consonántico (alifato).
En la actualidad, los alfabetos más usados del mudo derivan del fenicio y del
arameo.
En Grecia, el libro adquirió su verdadera dimensión, debido
al uso de la escritura alfabética, a la instauración de la democracia y a la
extensión de la enseñanza. El principal soporte de escritura fue el rollo de
papiro (introducido en el siglo VII a. C.), ya en la época helenística apareció
el pergamino de piel de oveja y cabra. En la Grecia clásica se desarrollaron
géneros como el teatro y disciplinas como la historia, la retórica o la
filosofía, entre otras, lo cual supuso el nacimiento del comercio del libro.
El libro en Roma fue una prolongación del griego, pero Roma
aportó grandes novedades: su propia lengua, el latín; un alfabeto propio; la
letra evolucionó desde la mayúscula hasta la minúscula cursiva; y apareció,
posteriormente la letra uncial y la escritura taquigráfica. Las materias
escriptorias eran las mismas que en Grecia, pero el rollo quedó desplazado para
dar paso al libro moderno o códice. En esta época hubo nuevos contenidos como
la sátira, el derecho, la oratoria, el ensayo y la didáctica.
Ahora bien, la evolución del libro tiene su origen más exacto
en la Edad Media —antes de que fuera inventada la imprenta en 1440 por Johannes
Gutenberg, fecha en cual hubo una expansión descontrolada por toda Europa en lo
referente a la impresión de los libros—. Durante la Edad Media, no obstante, se
comenzaron a escribir una gran cantidad de libros. La iglesia fue la
institución que se ocupó de transmitir y de conservar la cultura según la doctrina
de la fe. Se crearon monasterios donde se promovía la lectura, la copia y la
conservación de manuscritos. De hecho, la producción de los códices en los
monasterios era realizados a gran escala en unas salas específicas para ello
que recibían el nombre de escriptorios —o scriptorium, en latín—.
¿Cuál es el primer libro de la historia? Antes de inventarse
la impresión con tipos móviles se realizaron otro tipo de libros mediante la
técnica xilográfica de origen chino. Esta consistía en la impresión mediante
una plancha de madera, la cual era previamente tallada y entintada, para llevar
a cabo los estampados. Tal como ubican algunos historiadores, el libro más
antiguo de la historia podría ser El Sutra del diamante. Este ejemplar fue
estampado en China a partir del 11 de mayo de 868 mediante la técnica
xilográfica y contó con la autorización de Wang Jie. Se trata del texto impreso
más antiguo de la historia conservado a fecha de hoy.
¿Cuál fue el primer libro impreso? Cuando se habla de
impresión hay que hablar del alemán Johannes Gutenberg y de la invención de la
imprenta en el año 1440. El “Padre de la Imprenta” desarrolló una moderna
técnica de impresión con tipos móviles. En vez de utilizar las tablillas de
madera, que se desgastaban con el uso, confeccionó moldes con hierro. En total
150 tipos imitando a la perfección la escritura de un manuscrito. Ahora bien,
¿Cuál fue el primer libro impreso? Gutenberg completó lo que se conoce como la
primera impresión de tipos móviles, esta fue la Biblia de Gutenberg de 42
líneas. La biblia de Gutenberg fue el primer libro impreso de la historia, esta
se imprimió con un total de 42 líneas por cada página.
Como ya sabemos, el libro tiene su propio día del libro, el
23 de abril. Esta fecha fue establecida en por la UNESCO en 1995 en
conmemoración de la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y
Garcilaso de la Vega, pilares de la literatura universal. Los tres fallecieron
en el año 1616. Actualmente este día tiene como objetivo fomentar la lectura,
así como la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual a
través del derecho de autor.
Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay
quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy
incapaz de imaginar un mundo sin libros. Jorge Luis Borges.
Fotografía: Internet
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