domingo, 23 de abril de 2023

El libro y sus orígenes

 


El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor. Rubén Darío.

Los libros aguardan cientos de miles de historias esperando para ser leídas. Historias de amor, historias de la guerra, historias de engaños, de fantasías, de suspense, de terror y de cualquier temática que sea susceptible de ser impresa sobre las hojas de estos maravillosos productos. Miles de historias, cuentos, novelas e investigaciones pueden encontrarse almacenadas en las estanterías de las librerías.

El libro es la expresión del pensamiento humano transmitido a través de un sistema de escritura realizada sobre una materia duradera y transportable. El libro tiene sus antecedentes en lo que llamamos el libro oral o prehistórico, que consistió en la transmisión de cosmogonías, normas religiosas, códigos legales y poesía.

Para hablar de la historia del libro hay que tener en cuenta cuáles son las características con las cuales definir qué es un libro, ya que a día de hoy aún no existe un acuerdo común en cuanto a las limitaciones y metodologías, así como en los objetivos y las disciplinas que intervienen en el estudio de la historia de estos. Tal como definió la UNESCO para fines estadísticos, un libro debe cumplir con las siguientes características: Debe ser una publicación impresa no periódica, debe tener, como mínimo, 49 páginas y debe estar editada en el país y puesta a disposición del público.

Y ¿cuándo se inventó el primer libro? El primer libro, puede tener su origen en la antigua Mesopotamia. La forma de libro más antigua, según los historiadores, consistía en aquellas pequeñas tablillas de arcilla, madera, marfil u otros materiales que se utilizaban como soporte para la escritura. Aunque no se tiene constancia de ello, probablemente el primer libro de la historia puede tener su origen en la antigua civilización mesopotámica por los sumerios en el IV milenio a.C. —según este formato, como medio de comunicación—.

El origen y evolución del libro en la antigüedad continúa en Egipto, donde se cree que se comenzó a utilizar la tinta por primera vez, así como el soporte de papiro —el cual comparte unas características muy similares con el papel y era obtenido de una planta acuática que crecía a orillas del Nilo—. El libro egipcio puede considerarse como la segunda forma de libro en la historia. Continuando con la explicación sobre el origen y la evolución del libro, el siguiente lugar donde debemos fijarnos es en Grecia. En esta región se empezó a utilizar el papiro hacia el siglo VII a.C. Este convivió con otros materiales como las tablillas de madera rehundida, que eran rellenadas de cera o de pergamino —aunque también las pieles utilizadas como soporte de escritura—. Las constantes relaciones comerciales entre Egipto y Roma dieron paso, por otro lado, a que el pergamino también se extendiera en esta zona del mapa. Ahora bien, el pergamino fue cayendo poco a poco en desuso, hasta que desapareció por completo en el país. A finales del siglo V d.C. este fue sustituido por el códice de pergamino en el cual se podía escribir por las dos caras.

El libro en la Antigüedad. En el Neolítico, las necesidades administrativas y económicas fueron la causa principal del origen y el desarrollo de la escritura. En un principio los símbolos o dibujos eran meros pictogramas, luego comenzaron a representar ideas o acciones abstractas y el último paso fue la aparición del fonograma, que derivó en las letras de los alfabetos.

El primer pueblo que utilizó el libro como medio de divulgación fue el sumerio y lo hizo con tablillas, las cuales servían de soporte a un tipo de escritura conocida como cuneiforme (este modelo de escritura perduró más de 2000 años y su desciframiento fue gracias a las aportaciones del británico Sir Henry C. Rawlinson, a mediados del siglo XIX).

Egipto fue la primera civilización que empleó la tinta y el papiro, que fue el soporte más usado en los manuscritos (su uso se extendió a partir del siglo IV a. C., en época de Alejandro Magno). El papiro era un material muy caro y por ello se reutilizaba, pasando a llamarse palimpsesto. Los escribas utilizaban tintas vegetales (negra y roja) y esto posibilitó que los egipcios ilustraran en los libros (el libro egipcio fue el primer libro ilustrado de nuestra historia).

El gran legado de China fue la invención del papel, en el año d. C., a manos de T’sai Lun. En Siria, Fenicia y Palestina, en el II milenio A. C. apareció un nuevo sistema de escritura, el alfabeto consonántico (alifato). En la actualidad, los alfabetos más usados del mudo derivan del fenicio y del arameo.

En Grecia, el libro adquirió su verdadera dimensión, debido al uso de la escritura alfabética, a la instauración de la democracia y a la extensión de la enseñanza. El principal soporte de escritura fue el rollo de papiro (introducido en el siglo VII a. C.), ya en la época helenística apareció el pergamino de piel de oveja y cabra. En la Grecia clásica se desarrollaron géneros como el teatro y disciplinas como la historia, la retórica o la filosofía, entre otras, lo cual supuso el nacimiento del comercio del libro.

El libro en Roma fue una prolongación del griego, pero Roma aportó grandes novedades: su propia lengua, el latín; un alfabeto propio; la letra evolucionó desde la mayúscula hasta la minúscula cursiva; y apareció, posteriormente la letra uncial y la escritura taquigráfica. Las materias escriptorias eran las mismas que en Grecia, pero el rollo quedó desplazado para dar paso al libro moderno o códice. En esta época hubo nuevos contenidos como la sátira, el derecho, la oratoria, el ensayo y la didáctica.

Ahora bien, la evolución del libro tiene su origen más exacto en la Edad Media —antes de que fuera inventada la imprenta en 1440 por Johannes Gutenberg, fecha en cual hubo una expansión descontrolada por toda Europa en lo referente a la impresión de los libros—. Durante la Edad Media, no obstante, se comenzaron a escribir una gran cantidad de libros. La iglesia fue la institución que se ocupó de transmitir y de conservar la cultura según la doctrina de la fe. Se crearon monasterios donde se promovía la lectura, la copia y la conservación de manuscritos. De hecho, la producción de los códices en los monasterios era realizados a gran escala en unas salas específicas para ello que recibían el nombre de escriptorios —o scriptorium, en latín—.

¿Cuál es el primer libro de la historia? Antes de inventarse la impresión con tipos móviles se realizaron otro tipo de libros mediante la técnica xilográfica de origen chino. Esta consistía en la impresión mediante una plancha de madera, la cual era previamente tallada y entintada, para llevar a cabo los estampados. Tal como ubican algunos historiadores, el libro más antiguo de la historia podría ser El Sutra del diamante. Este ejemplar fue estampado en China a partir del 11 de mayo de 868 mediante la técnica xilográfica y contó con la autorización de Wang Jie. Se trata del texto impreso más antiguo de la historia conservado a fecha de hoy.

¿Cuál fue el primer libro impreso? Cuando se habla de impresión hay que hablar del alemán Johannes Gutenberg y de la invención de la imprenta en el año 1440. El “Padre de la Imprenta” desarrolló una moderna técnica de impresión con tipos móviles. En vez de utilizar las tablillas de madera, que se desgastaban con el uso, confeccionó moldes con hierro. En total 150 tipos imitando a la perfección la escritura de un manuscrito. Ahora bien, ¿Cuál fue el primer libro impreso? Gutenberg completó lo que se conoce como la primera impresión de tipos móviles, esta fue la Biblia de Gutenberg de 42 líneas. La biblia de Gutenberg fue el primer libro impreso de la historia, esta se imprimió con un total de 42 líneas por cada página.

Como ya sabemos, el libro tiene su propio día del libro, el 23 de abril. Esta fecha fue establecida en por la UNESCO en 1995 en conmemoración de la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, pilares de la literatura universal. Los tres fallecieron en el año 1616. Actualmente este día tiene como objetivo fomentar la lectura, así como la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual a través del derecho de autor.

Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros. Jorge Luis Borges.


Fotografía: Internet


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