No espero de ti la perfección, porque te respeto tal como eres y no pretendo que no falles nunca, porque eres, como yo, un ser humano.
No quiero saber todos tus secretos, sé que eres una persona aparte, pero que comparte.
No pretendo que cubras todas mis necesidades; porque comprendo que tienes esperanzas y sueños propios.
No pongo en duda tu fuerza, porque sé lo lejos que has llegado, pero tampoco espero que tú lleves toda la carga, pues yo estoy aquí para llevarla contigo.
No pido que conozcas todas las respuestas; sé que habrá veces que tendrás tantas dudas como yo.
Sólo te pido que cuentes conmigo cuando necesites apoyo o alegría, como socia de los sueños del futuro o como consuelo cuando necesites olvidar el mundo exterior.
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