jueves, 2 de junio de 2016

¿Por qué dudar?


¿Por qué dudar de que haya Dios?
¿Por qué no voy creer?
¿Por qué negar la gran verdad?
¿Por qué renegar la fe?

Estamos inmersos en lo banal
sin sentir los bellos momentos.
Afanados en no sé qué…,
ahogamos los sentimientos.

Dejemos que hable el corazón
a través de los cinco sentidos.
Detente para ver, escuchar y compartir,
con cariño, con amor y sin miedos.

Cuando empieces a cambiar el orden
de lo que realmente vale en la vida.
Se acabarán las dudas y vacilaciones;
verás la luz, la verdad, la salida.