La Taula de Canvis, en catalán tabla o mesa de cambio, es decir, de cambio de monedas y divisas, o simplemente Taula, fue una institución financiera —el precedente más directo de los bancos públicos, pues complementaba a la banca privada— que apareció en distintas ciudades de la Corona de Aragón (Barcelona, Valencia, Gerona) en el siglo XV, en respuesta a la necesidades generadas por el aumento del comercio y los viajes a larga distancia producidos desde la Baja Edad Media; tanto las terrestres como, sobre todo, las marítimas que unían los puertos mediterráneos (Marsella, Génova, Venecia, Valencia) y los atlánticos del Sur y Norte de Europa (Sevilla, Lisboa, Francia, Inglaterra, Flandes y la Hansa).
La Taula de Canvis apareció durante el reinado de Jaime I El Conquistador (1213-1276). La legislación romana y goda que regían este negocio fue sustituida. Estos son algunos de los artículos de esta legislación bancaria:
- El 13 de febrero de 1300 se estableció que cualquier banquero que se declarara en bancarrota sería humillado por todo el pueblo, por un voceador público y forzado a vivir en una estricta dieta de pan y agua hasta que devolviese a sus acreedores la cantidad completa de sus depósitos.
- El 16 de mayo de 1301 se decidió que los banqueros estarían obligados a obtener fianzas y garantías de terceras partes para poder operar, y a aquellos que no lo hicieran no se les permitiría extender un mantel sobre sus cuentas de trabajo. El propósito de ello era señalar a todo el mundo que estos banqueros no eran tan solventes como aquellos que usaban manteles, es decir, que estaban respaldados por fianzas. Cualquier banquero que rompiera esta regla (por ejemplo, que operase con un mantel, pero sin fianza) sería declarado culpable. Sin embargo, a pesar de todo, los banqueros pronto empezaron a engañar a sus clientes.
Debido a esos engaños, el 14 de Agosto de 1321 se estableció que aquellos banqueros que no cumpliesen inmediatamente sus compromisos, se les declararía en bancarrota, y si no pagasen sus deudas en el plazo de un año, caerían en desgracia pública, lo que sería pregonado por voceros por toda el pueblo. Inmediatamente después, el banquero sería decapitado directamente enfrente de su mostrador, y sus propiedades vendidas localmente para pagar a sus acreedores. Existen evidencias documentales de que esto se cumplía. Por ejemplo, el banquero catalán Francesc Castelló, fue decapitado directamente frente a su mostrador en 1360, en estricto cumplimiento de la ley.
Pero ¿esta ley ya no se aplica? ¿Por quién empezamos? Qué cosas… Ni Taula de Canvis, ni leyes meten en cintura a los poderosos banqueros, estos son hoy parte de los problemas que angustian a los españoles: son los que engañan y estafan a los trabajadores honestos, a los que ganan raquíticos euros con el sudor de su frente mientras los abusadores, sin pertenecerle, lo cogen a manos llenas y no dan cuenta a nadie, ni siquiera a Hacienda y eso es doble delito.
Sí, el drama que atormenta a miles de familias españolas es producto de los banqueros. Sus gestiones mercantiles son acciones que llevan a actuaciones reprobables y muy dolorosas; ‘desahucio’ es la palabra maldita, lo que viene a decir ‘banco quita casa’.
Aunque cambies la palabra el hecho es el mismo, no se quiere inquietar a nadie con el término desahucio y aconsejan utilizar desalojo, alzamiento, pérdida o privación de su vivienda.
Estos eufemismos no cambian la gravedad de unos hechos que son contundentes y no la palabra utilizada. Los ‘opresores’ son los banqueros y las víctimas el pueblo, pero el gobierno no sale en defensa del pueblo, calla y va en auxilio del banquero.
¡Increíble! Ver para creer, pero… lo ves y no lo puedes creer. El clamor está en la calle y los partidos políticos preocupados más, de pescar en otras aguas para limpiar las propias y olvidan la función que se les ha encomendado. De ahí el desafecto hacia los políticos e instituciones y el peligro de dilapidar lo conseguido.
El panorama bancario español necesita de leyes contundentes que acaben con ladrones y estafadores que se blindan en sus despachos con los dineros de miles de trabajadores. Ese dinero sí ha sido ganado con sudor y lágrimas, para que impunemente, aprovechándose de la buena fe de la gente, te engañen y te estafen con hipotecas y productos dudosos para hacer lo que les da la gana, con falsas promesas de beneficios sin garantía, arruinando tu existencia. Sin embargo, lo que se ha hecho es cambiar la ley para que condenados puedan dirigir entidades bancarias. Lo que son las cosas, mejor dicho, las leyes: a cualquier persona de a pie nos cerrarían las puertas socialmente, pero para ‘los de guante y puro’ no se le cuestiona su honorabilidad, aun estando acusado de delito. Según el real decreto que ultima el Gobierno, el Banco de España deberá considerar la opinión de los tribunales a la hora de determinar si un directivo de un banco mantiene su honorabilidad después de haber cometido un delito y si, por lo tanto, puede seguir ejerciendo su actividad.
Hoy la historia de los banqueros es otra. La Taula de Canvis la han cambiado por ‘ande yo caliente…’ A ellos poco les importa estar en el punto de mira por sus gestiones fraudulentas, esas personas son insensibles y actúan sin piedad por mil euros —lo que ellos se gastan en una merienda— son capaces de quitarte la casa y echarte con tu familia a la calle y, aunque parezca increíble, tienes que seguir pagando la hipoteca. O sea que, ¿los banqueros por mil o por diez mil euros te quitan tu casa que vale cien mil o más, y tú sigues pagando por tu casa que ya no es tu casa, al que te la ha robado? Pero ¿esto es justicia? Y ¿eso no es delito? Seguro que ni las registran, otro delito más porque se está defraudando sobre un 7% a las arcas del Estado…
Con el poder no se puede. Ellos hacen de las suyas y el Gobierno acude en su ayuda. Les inyectan dinero para que sigan repartiéndose el dulce pastel, mientras miran para otro lado y no a los ojos de las personas que no tienen ni para el pan de cada día. Estamos rodeados de una panda de vividores impresentables a los que todo le va bien por tener todo el dinero que no les pertenece… Van de ricos ¡pobres ricos!
Cuentan que el ser humano es la única especie que paga por vivir en la tierra, pero algunos se adueñan y nos lo hacen pagar caro…
«El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos. Pero siempre será demasiado pequeño para la avaricia de algunos».
También un proverbio árabe dice que «La crueldad es la fuerza de los cobardes».
Pues esas son las ‘grandezas’ de tanto españolito que va de listito, pues ¡pobre españolito!
Fotografía: Taula de Canvis, cc.
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