La sociedad de hoy en día vive aparentemente inmunizada de todo lo que se refiere a la ética y moral: nada les alarma, “todo vale”, gracias a los desvaríos e impunidad de ciertos partidos políticos, que no a la libertad de un régimen democrático. Sin embargo es muy alarmista en cuanto a lo que se refiere a la salud y el bolsillo. Están tan sensibilizados que todo se canaliza dentro de claves catastrofistas para crear alarma social. Sobresaltar el ánimo y sentirse posibles víctimas, subleva los temores y se salta en defensa de la integridad personal.
Algunas veces las más peregrinas situaciones crean cierto riesgo de peligro. Miedos infundados aunque no sea para tanto, pero el poder de contagio alucinógeno, emocional y psicológico es muy poderoso. Los “mete miedos” siempre pretenden crear la atmósfera adecuada para lograr sus objetivos y ahí están los políticos y los medios de comunicación, esas son las fuentes de creación de alarma social.
Una cosa es informar, advertir y prevenir sobre algo y otra bien distinta es alarmar. Tenemos en la memoria una de las últimas alarmas sociales que conmocionó al mundo entero, la gripe A.
La dichosa gripe era una gripe estacional que podría denominarse una epidemia pero nunca una pandemia, sin embargo los políticos y los medios de comunicación se encargaron de aterrorizar a la sociedad y era tanto el miedo, que se llegó a la histeria colectiva y a la sensación de indefensión y abandono.
De esa alarma hicieron su “agosto” los laboratorios que crearon miles de millones de dosis de vacunas y en la que el gobierno de España invirtió muchísimo dinero para poner a salvo a los españoles. Pero por lo que se ve a los que había que salvar era a las multinacionales farmacéuticas porque las vacunas creo que fueron a la basura. ¿Quién urdió esta alarma?, ¿quién soltó los fantasmas? Esta gripe sí que afectó y agravó la crisis.
Por supuesto que nos preocupa y nos alarmamos si sabemos que hay por los alrededores un violador o un francotirador o un animal salvaje o ladrones… En estos casos los responsables de velar por el orden tienen que poner en marcha todos los mecanismos necesarios para eliminar el peligro a la que está expuesta la población. Ningún desalmado puede quedar impune si pone en riesgo el orden, la tranquilidad e integridad física de una población.
Hay alarmas que parecen una simple broma (como la última, la de los pepinos): tras el revuelo de un día, quedó en nada. Sin embargo alguien debería cargar con la responsabilidad de esa “mentira envenenada” que perjudicó y mucho a los productores y a la imagen de España, además la alarma social crea una desconfianza e inseguridad entre la población que deja de consumir por miedo a que lo dicho sea cierto, aunque se haya desmentido con argumentos disuasorios.
En esto de las alarmas sociales son especialistas los medios de comunicación que en muchas ocasiones se las ingenian para atemorizar a la población. Van a un lugar concreto, hablan con una determinada gente y ese caso aislado se comunica en clave de alarma. Creo que alguna responsabilidad tendrán los informadores que tienen esa manera de proceder como forma de comunicar lo puntual como una situación extendida.
Hay medios que lo que buscan es llamar la atención, no sobre lo que informan, eso es sólo el medio para ellos publicitarse y para eso, todo vale… pero también hay que reconocer el peligro que corren los reporteros cuando hacen un trabajo de investigación, aun a costa de poner en riesgo su vida.
Admirable trabajo cuando se infiltran en determinados ambientes con cámaras ocultas, para denunciar y criminalizar los modos y maneras de proceder de ciertas organizaciones o plataformas que sutilmente campa a sus anchas entre la sociedad civilizada. Los tentáculos del hampa se mueven en todo el tejido social, y hasta para el más astuto de los mortales puede pasar inadvertido, porque en esas redes todo está muy estudiado y muy bien hilvanado…
¿Recuerdan el “Estado de alarma” creado hace unos meses por el gobierno por los controladores aéreos? Fue innecesaria y muy criticada, algo disparatado que creó alarma solo con saber en la situación delicada que nos encontrábamos: España en “Estado de alarma”. ¡Alucinante! Inverosímil, pero en España todo es posible. España es diferente y tanto…
¡Franco – Zapatero! Con uno no se daba un paso y con el otro vamos al galope y sin norte. Lo que pasa en este País no pasa en ningún lado. Hemos pasado del “España va bien” a “España va mejor”, por eso no te alarmes si en España hay cinco millones de parados; si la educación está en los niveles más bajos de Europa; si la sanidad no goza de buena salud; si la justicia es lenta… No te alarmes, ¡alégrate! porque en España, el estado de bienestar vitalicio, quienes lo tienen garantizado son los políticos, y como son tantos, una buena parte de España está garantizada y tú, ten paciencia que ya vendrán tiempo mejores porque peores no se pueden esperar.
Fotografía: AntoinePound, cc.
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