Oficialmente se abre el telón para la «Campaña electoral», mejor dicho, para la «campaña teatral», porque a los políticos, como actores, no hay quien les gane.
Aunque realmente, la campaña publicitaria de propaganda política electoralista esta abierta siempre, porque los políticos no pierden ocasión de vanagloriarse de su propaganda y no cejan en controlar a los adversarios para emborronar todas sus actuaciones.
Hablo de Canarias que me pillan más cerca… Canarias entra en campaña y empezó el baile, ese baile de movimientos de imágenes, mensajes de siglas y slogan…
En tiempo de campaña, como una escena más de la escenificación, todos se acercan a la realidad de la gente, se interesan por las necesidades, te saludan efusivamente, te abrazan y besan, te sonríen… Bueno, como si te conocieran de toda la vida, ¡pura hipocresía! nada más darse la vuelta se asquean de sus falsos gestos, se lavan y se cambian para borrar todo contacto con los que mendigan votos. ¡Todo sea por un voto!
Este despliegue propagandístico puede parecer innecesario, porque creemos conocer todo el percal, sin embargo puede que conozcamos a los partidos políticos con más solera y a políticos que llevan, quizás, demasiado tiempo en escena y eso es malo, porque tienen más tiempo para conocer y dominar los entresijos y por tanto, se corrompen y corrompen el sistema democrático. Por eso, hoy en día, existe tanta desconfianza y desencanto con la política y los políticos. Han perdido la credibilidad.
Además de los grandes partidos, nos podemos asombrar de la cantidad de partidos minoritarios que existen y desconocemos por completo, estos sí que necesitan de campaña para que les conozcamos. Me da la impresión de que cualquiera, como si se tratara de montar una pequeña empresa, puede formar su propio partido, un partido hecho a medida con ideologías muy personales.
Desde mi punto de vista, creo que tantos partiditos de pueblo, no llegan a ser muy útiles. Es útil para el cabeza de lista que sí que podría entrar en un ayuntamiento y tener una paga, pero para la colectividad, no lo van a tener muy holgado para conseguir que sus propuesta lleguen a buen puerto.
En los pueblos, siempre serán los mismos paisanos los que se meten en política para luchar por los intereses comunes. Pelearan por conseguir lo mejor para su gente. Por eso pienso que en los pueblos lo mejor es que los partidos grandes sean los que gobiernen, porque podrán tener más accesos y facilidades para lograr que se atiendan sus demandas sociales.
El estado de bienestar en un derecho legítimo e innegable, pero mira por donde, los mismos partidos serán los que unos a otros se pongan la zancadilla para entorpecer la noble labor de acabar con las desigualdades e injusticias.
Gobierne quien gobierne, no se debiera permitir el juego sucio al que nos tienen acostumbrados los políticos, eso es antidemocrático.
No se yo si ustedes han reparado en los slogan de campaña. Están pensados para convencerte de que tú para ellos eres importante, sí que lo eres, sólo tu voto. Slogan como: «Todos podemos», «Cuento con todos», «Cree en nuestro proyecto», «Cambia la historia», «Tú y yo», …
No crean pero te pueden seducir, ahora que como salgan elegidos ya no cuentan contigo para nada. Es más, si quieres hablar con ellos las puertas de su despacho no se abrirán… ¡Hipocresía!
Estas campañas y toda su parafernalia organizada, está pensada con el único objetivo de influir y alterar la decisión política e ideológica de los ciudadanos indecisos. Para ello se valen de todo lo que esté a su alcance. Hoy cuentan con nuevas herramientas tecnológicas a través de la cual te hacen llegar sus buenas intenciones.
La combinación estratégica de las campañas son: mensaje, dinero y activismo.
El mensaje: palabras, palabras, mentiras, mentiras…
El dinero: ese es el lado oscuro de las campañas. ¿De dónde sacan el dinero? Está claro que la cuota de los afiliados no da para tanto…
Activismo: propagandas carentes de doctrina. En cuanto a la actividad, creo que cuando vemos trabajando a un político es durante esos quince días de campaña…
Ese tiempo me parece muy largo… Por donde quiera que vas te encuentras todo empapelado de caretos con la «sonrisa profident» (de sacarle la belleza que llevan dentro se encarga el asesor de imagen). Cansa escuchar a tanto «piquito de oro» faltos de programas y mucho bla, bla, bla.
No se centran en sus objetivos y se pierden metiéndose con el contrincante y lo que prometieron y no cumplieron y ahí, sí que están todos igualados: cuando gobiernan, nadie cumple.
Hoy la política es un medio de trabajo, ya no hay ideales por los que luchar. Dedicarse a la profesión de político trae buen resultado, mejor dicho, suculentas prebendas y beneficios vitalicios y otros tantos placeres…
¡Ojalá! Ese puedo prometer y prometo, vaya lleno de buenas intenciones de proyectos reales y sobre todo, de ganas de trabajar de verdad.
El país, las ciudades y los pueblos necesitan que los tres pilares de la democracia: Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Trabajen por garantizar el estado del bienestar de la sociedad a la que se deben. Es hora de que llegue la «hora de la verdad», y que todos los estamentos se pongan al servicio del pueblo.
«Por el pueblo y con el pueblo…»
Fotografía: Partido Popular Comunitat Valenciana, cc.
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