La estadística es una ciencia; una vez recolectados los datos, se analizan y se interpretan para ayudar a la resolución y explicación de condiciones regulares e irregulares de fenómenos o estudios de forma aleatoria o condicional. En otras palabras, es el vehículo que permite llevar a cabo el proceso relacionado con la investigación científica.
Hace unos días estuve leyendo unas estadísticas relacionadas con Canarias y la verdad que me quedé apenada y preocupada, es más, me dio la impresión de que Canarias está en una situación deplorable, muy en desventaja respecto al resto de España.
- Mayor índice de divorcios.
- Mayor índice de abortos.
- Mayor índice de embarazos entre adolescentes.
- Mayor índice de abandono de los estudios entre los jóvenes.
- Mayor índice de obesidad en los niños.
- Mayor índice de diabetes.
- Mayor índice de enfermedades coronarias.
- Mayor índice sobre algunos tipos de cáncer.
- Mayor índice del comienzo temprano a fumar.
- Mayor índice de paro.
- Mayor índice de pobreza.
- Mayor índice de corrupción política…
La lista de mayores índices es muy extensa y tan deprimente que duele. Frente a esta situación, ningún canario puede quedar impasible, pero sobre todo, los que tienen la obligación de proveer y proteger a la población. Esos, que en campaña electoral te prometen acabar con las desigualdades y te ofrecen una vida mejor. Los mismos que una vez se sientan en la poltrona se olvidan de las promesas y se dedican, supuestamente, a mejorar su situación personal y familiar.
Los políticos y los empresarios tienen una deuda moral con sus conciudadanos. El progreso de un país se consigue con el esfuerzo y la colaboración de todos.
No es nada ético la complicidad que se manifiesta entre empresarios y políticos. Tengo la impresión que se «alían» en un pacto de «vista gorda» para beneficiar sus propios intereses, aunque intentan que pase inadvertido, pero el ciudadano no es bobo.
Tampoco los servicios que se ofrece a los canarios están en óptimas condiciones. Servicios que emanan de la Constitución, dónde quedan reflejados los servicios básicos que tenemos derecho a recibir por humanidad y dignidad:
La enseñanza, es muy deficiente y mermada.
En la sanidad son tantas las carencias que las quejas son interminables por la gravedad y los perjuicios que ocasionan en algunos casos.
Tampoco con respecto al transporte está adecuadamente abastecida. La Comunidad Canaria está obligada, por no decir condenada, a cruzar el charco para moverse en su propio territorio. El transporte aéreo y marítimo no cubre todas las necesidades de la población y encima los billetes son tan caros —y eso que están subvencionados— que no todos pueden permitirse el lujo de viajar con frecuencia.
En cuanto al trasporte público terrestre, hablo de Gran Canaria y de su capital, y comparando con otras Autonomía, las carencias son tan llamativas y desproporcionadas, que me da la impresión que vivo en un lugar muy atrasado.
Recientemente he estado en Córdoba, una ciudad con peso histórico y cultural. Una ciudad donde el pasado se integra en el presente preservando toda su riqueza y encanto. Una ciudad abierta, ordenada y limpia, con infinidad de parques y amplios espacios verdes donde sentir la libertad de la naturaleza. Una ciudad nominada y que está llamada a ser la «Ciudad Cultural Europea». Con respecto al transporte público es un placer. Todas las paradas están equipadas de panel informativo con las líneas y tiempo de aproximación. La frecuencia de líneas es de unos diez minutos. Todas las guaguas están equipadas con un panel informativo, dónde se refleja fecha y hora, trayecto de la línea y te va indicando el nombre de cada parada, su proximidad y su ubicación. Los cordobeses utilizan, masivamente, sus guaguas porque les presta un buen servicio, rápido y confortable.
Islas canarias. Archipiélago de mis amores… Islas Afortunadas, sí, por enclave, por su clima, por su orografía, por su belleza natural, pero, por desgracia las presiento desafortunadas por la dejadez, el abandono y la indiferencia de quienes la rigen y las conducen a su infortunio ¡lástima de mi tierra!
Hablando de Islas, hoy estoy conmocionada por la catástrofe de Japón, hoy isla desafortunada, donde la ira de la naturaleza ha producido una hecatombe de tal magnitud, que asusta.
También me viene a la memoria, Haití, otra isla dónde la tragedia se cebó con una población cargada de hambre y miseria y sembró el dolor y la muerte por doquier, mi solidaridad con todos los que sufren, y que la ilusión y la esperanza les vuelva a sonreír.
Sueño y deseo para mis Islas la fortuna de sentirse amadas y protegidas para que las estadísticas tan desafortunadas desaparezcan para siempre y todos los canarios y canarias tengan trabajo, una casa y los servicios básicos garantizados, con calidad y en libertad, donde el respeto y los valores estén al alza, y la cultura sea nuestra seña de identidad.
Fotografía: Jacques Descloitres, MODIS Rapid Response Team, NASA/GSFC.
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