Hoy quiero hacer un homenaje a las personas que trabajan la tierra. Ser labrador es más que trabajar la tierra… es amarla y cuidarla. Yo les llamo sabios y digo bien porque lo son. La sabiduría es el cúmulo de conocimiento que toda persona posee sobre los temas que domina y se adquieren por el aprendizaje, por experiencia, por consejos o por ejemplo de otros, pero el labrador adquiere mucho de sus conocimientos al estar en contacto permanente con la tierra. Van descubriendo sus necesidades, sus posibilidades y su gran potencial de vida. De las entrañas de la tierra germina generosamente la vida y el labrador sabe y conoce ese poder y por eso puede pedirle lo que él quiera y lo obtendrá.
La tierra es la despensa del mundo y los labradores sus sabios guardianes. Si nadie trabaja la tierra la humanidad no tendrá qué comer. Si toda la alimentación la produce la tierra, entonces… ¿por qué no se protege, se apoya y se valora el trabajo del labrador? Su esfuerzo y dedicación se ven menospreciados por los gobiernos que no atienden sus necesidades. Sus peticiones no son oídas y los únicos que se aprovechan y se benefician de su trabajo son los intermediarios… Esos son los
«ladrones» del campo y de la cesta de la compra, y no pasa nada. ¿Cómo es posible que al labrador le paguen cinco céntimos por cada piña de millo y en el mercado pagamos un euro con cincuenta céntimos? ¿Quién controla estos abusos? Ah, eso es cosa del libre mercado, pues… yo diría que es cosa del libre pillaje… ¡Así nos va!
Pido a los labradores que se encomienden a su patrón, San Isidro labrador, para que les ampare y les ayude a seguir realizando su trabajo con la dignidad, la sabiduría y la alegría de siempre. No hay nada como estar en contacto con la madre tierra y ella agradecida va regalando los mejores frutos y las mejores cosechas. No abandonen la tierra, su tierra… Sé que no corren buenos tiempos, también la sequía ha castigado los campos y muchos labradores se han visto obligados a dejar sus propiedades desiertas y desoladas. Espero que los gobiernos valoren y reflexionen sobre la importancia y la necesidad vital de cultivar la tierra. Nuestra subsistencia depende de las manos sabias del labrador, por eso, apelo que se comprometan con el sector y concedan el apoyo, la sensibilidad, la protección y la ayuda necesaria para que en el campo se vuelva a escuchar mugidos arando, relinchos trillando y labradores silbando mientras labran la tierra. No hay mejor espectáculo que la visión maravillosa que ofrece el campo. La magia de la vida se manifiesta ante tus ojos en constante movimiento y te brinda, sin cambiar de escenario, escenas llenas de color, olor y sabor, y tú eres parte y partícipe de esa fuente y manantial de paz, serenidad, vida y salud. Los labradores aman la tierra y la sienten, por eso, cuando se han visto obligados a abandonarla por culpa de la sequía, las pocas ayudas y los abusos del intermediario, les duele el alma y llenos de tristeza sufren en silencio la desgarradora ausencia.
El hombre cuando es de campo
en el campo quiere morirse.
A la fuerza nunca lo apartes
no le arranques sus raíces.
Ya no será un hombre libre
será como un pájaro en jaula.
Ya no podrá respirar,
si no huele a tierra mojada…
Isidro de Merlo y Quintana (San Isidro labrador) nació en Madrid en 1080 y murió en 1130. Se celebra su festividad el día 15 de mayo. Estuvo casado con María Toribia, conocida como Santa María de la Cabeza, y tuvieron un hijo, también santo, San Illán. Sobre Isidro se conoce popularmente, lo de que los ángeles araban los campos mientras él iba a misa y rezaba.
Isidro trabajaba en las tierras de una familia adinerada y sus compañeros le tenían envidia, lo denunciaron a su amo porque algunas vez, por ir a misa, llegaba un poco más tarde, pero el amo comprobó por sus propios ojos que sus tareas eran cumplidas prodigiosamente.
Son muchos los pueblos de España donde se festeja a san Isidro labrador. En Canarias y más concretamente en Gran Canaria hay muchos pueblos que celebran estas fiestas entre los que se cuenta mi pueblo de Juncalillo. Mi pueblo es pueblo de labradores y por eso deben y tienen que festejar y homenajear a su patrón: San Isidro labrador.
El patrón de Juncalillo es Santo Domingo de Guzmán y San Isidro es copatrono y celebramos sus fiestas el segundo domingo de junio, este año toca el 13 de junio.
El sábado día 12 de junio es la romería-ofrenda y el domingo día 13, la función religiosa. Allí nos veremos…
A la gente del campo nos llaman mauros porque olemos a flores silvestres a retama, eucalipto, a poleo y pasote, pues yo soy maura y estoy orgullosa de mis raíces, de mi cuna, de mi campo y de mi gente. En Juncalillo tengo mi cuna y ahí quiero mi reposo silente.
Mauro… yo soy maura
porque nací en la cumbre.
Abrigada por Tamadaba.
Cantos de agua. Cuna verde.
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