viernes, 18 de noviembre de 2016

El genio y el zapatero

Erase una vez un genio que, disfrazado de mendigo, entró en la casa del zapatero y le suplicó:
—Hermano, no tengo ni una sola moneda pero mis pies están destrozados de caminar todo el día con estas sandalias rotas. ¿No podrías arreglármelas?
Y el zapatero le respondió:
—Yo también soy pobre y estoy harto de que todos vengan pidiéndome favores sin pagar ni una sola moneda.
Tras oírlo, el genio recuperó su apariencia original y le ofreció la ayuda que necesitase.
—¿Puede ser dinero? —pidió el humilde artesano.
—Sí, te daré 10 millones, pero sería a cambio de tus piernas —le sugirió.
Pero el pobre zapatero respondió impresionado:
—¿Para qué quiero yo ese dinero si no podría caminar ni desplazarme solo a ningún sitio?
—Entonces te daré 100 millones a cambio de tu manos —propuso el genio.
Pero el zapatero también rechazó la oferta:
—No podría comer solo, ni trabajar o jugar con mis hijos.
Y cuando el genio de la lámpara le prometió 1.000 millones por sus ojos, el artesano asustado, contestó:
—No podría soportar no ver jamás a mi familia y amigos…
Entonces, el genio le dijo:
—Hermano mío, con todo lo que posees puedes comprobar lo afortunado que eres y sin embargo, todavía sigues sin darte cuenta de ello.

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