sábado, 6 de julio de 2013

No nos sentimos representados

Manifestantes del movimiento 'Democracia Real Ya' en Madrid.

«Hay tres grupos de personas que gastan el dinero ajeno: los hijos, los ladrones y los políticos». Dick Armey.

Los últimos sondeos sitúan a los políticos como el segundo problema de los españoles. Siendo así, partidos políticos… ¿para qué? La ciudadanía no nos sentimos representada y, aunque no se puede generalizar, tenemos la sensación de que políticos es igual a corrupción. Esa sensación, más que desaparecer, parece que cada día se reafirma porque la corrupción aflora cual primavera y la indignación se convierte en frustración, desprotección e indefensión frente a la inmunidad de acciones delictivas.

Si los políticos se han convertido en un problema ¿para qué los partidos políticos? Está claro que los políticos ya no nos representan y tenemos la impresión de que utilizan el cargo para enriquecerse ilícitamente; por tanto, ellos se representan a sí mismos, sólo buscan sacar rédito personal y para su partido.

¿Cómo se ha llegado a esto? El político con malas intenciones se ha ido distanciando del pueblo llano, que se siente engañado por falsas promesas. Todo el esfuerzo político va destinado a servir a intereses particulares en detrimento del interés general y las cifras del paro hablan por sí solas…

Son muchas y de muy distinta procedencia las voces que claman por cambios. La sociedad ya ha perdido la confianza en sus representantes: estos deben regenerarse y ganarse poco a poco la credibilidad para recuperar el prestigio perdido y tienen que acercarse al pueblo siendo más humildes y dando explicaciones, porque las políticas del político se deben al votante, el pueblo soberano.

¿Por qué se ha disparado la percepción negativa de los partidos y la clase política? Porque los partidos políticos reproducen los viejos vicios: el egoísmo, el caciquismo, el enchufismo. La corrupción y el paro señalan, y el rechazo es por el cinismo democrático.
España está abochornada por tanta corrupción: la noticia de la corruptela ha traspasado las fronteras y la imagen de España se reduce a la de la ‘cueva de Alí-Baba’. Nos escandalizan los dinerales que se manejan en cuentas particulares. ¿Cómo se puede llenar maletines tan fácilmente? Aparte de los titulares de las macrocuentas, también los que llenan los maletines tienen conocimiento de dónde salen esas grandes sumas de dinero.

Creo que Hacienda —que somos todos— no está haciendo bien los deberes. ¿Por qué no se investiga a empresarios, partidos políticos, clubes de fútbol…? ¡Aquí hay tomate! y el dinero se está escapando. Me hace gracia que Hacienda se ocupe en reclamar un céntimo y no se ocupe de las mafias de ciertas ‘entidades’ que con guante blanco birlan el dinero de todos.

En España hace falta conciencia política, pocial y judicial, y hay que poner en práctica las iniciativas básicas como ejercicio de salud democrática. Urge recuperar los valores democráticos. Vivimos en un Estado parasitado por los partidos políticos; tienen que dejar de ser parásitos para convertirse de nuevo en mecanismos racionales de transmisión entre el Estado y la sociedad, no una agencia de enchufados. Los partidos se han convertido en algo que bloquea la evolución de la sociedad.

¿Recuerdan la frase que dijo el expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, «Hay que trabajar más y ganar menos para salir de la crisis»? Pues le han pillado con las manos llenas, y a él y a todos los empresarios les digo que «todo jornalero merece su paga». Hay a quienes ni todo el dinero del mundo les basta y quien pone su amor en el dinero… ¡pobre hombre rico! «Dejaros de hipocresía, donde tienen el dinero, ese es vuestro altar». «Yo y nadie más», gritó en su inconsciencia la poderosa Babilonia hasta que le llegó el día en el que sus incontables grandezas se hicieron polvo con el polvo de la tierra… Y dijo Jesús: «No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban».

A mí me basta con lo necesario… Líbrame, Dios mío, de amar al ‘señor don dinero’ porque morirá conmigo… «¡Sea Dios mi delicia y mi mayor tesoro!».

«La corrupción no es un acto, sino un estado personal y social en el que uno se acostumbra a vivir». Esta frase fue escrita en el 2005 por el cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, hoy obispo de Roma: el Papa Francisco.
Sobre la corrupción de los corruptos dice el Papa Francisco:
«Toda corrupción crece y a la vez, se expresa en atmósfera de triunfalismo».
«Ante cualquier crítica el corrupto descalifica a la persona».
«El corrupto se erige en juez de los demás».
«El corrupto se siente ganador».
«El corrupto no conoce la amistad, sino la complicidad».
«La corrupción lleva a perder el pudor que custodia la verdad».
«El corrupto no tiene esperanza. El pecador espera perdón».

El Papa desentraña los falsos tesoros —dinero, poder y lujuria— que corrompen el corazón humano y que lentamente se apoderan de las personas e instituciones provocando la destrucción de los valores. En este análisis, el Papa emplea un lenguaje llano y didáctico para explicar la diferencia entre pecado y corrupción. «El pecado se perdona; la corrupción, sin embargo, no puede ser perdonada», advierte.

Imperdonable es la inmunidad de la corrupción de los poderosos. Imperdonable es la situación tan lamentable de millones de familias por culpa de no encontrar trabajo. Imperdonable es el grado de deterioro de la enseñanza educativa. Imperdonable es el bajo nivel de prestación social y sanitaria. Imperdonable es que la clase política se blinde con aforamientos, prebendas y privilegios a sabiendas de su inconstitucionalidad. Imperdonable es que la justicia sea injusta. Imperdonable es que impunemente se adultere la democracia…

Como imperdonable es que no se tomen, ya, todas las iniciativas para canalizar los causes que lleven a corregir y enmendar tanta desigualdad y tanto desaguisado…

Dijo Antonio Genovesi: «Hasta la supervivencia de una banda de ladrones necesita de la lealtad recíproca». Pues, como al parecer hay muchos buitres que sobrevuelan, o lo que es lo mismo, hay más lobos que ovejas, esperemos que un día los lobos se devoren unos a otros y por fin las ovejas podamos pastar en paz…

Está claro que cuando las personas tienen acceso directo a los presupuestos, es fácil dejarse tentar y caer en la corrupción y ese acceso sólo lo ostenta quienes están en el gobierno. ¡Aquí no se salva nadie! Todos los partidos adolecen del mismo mal: la carencia de pundonor. La honradez, la decencia y el honor son valores mutables frente al poder y la oportunidad. La avaricia aflora y la codicia rompe el saco…

La cárcel está para que penen los delincuentes… Si robar y evadir es delito, la justicia tiene que imponerse porque no hay clases de delincuentes, hay delincuentes de ‘clase’. Algunos de estos ladrones de ‘clase’ han estado presos en las mejores cárceles, con gimnasio o piscina climatizada y eso nos cuesta a los contribuyentes mucho dinero. Sin embargo, no se les ha exigido que devuelvan los millones de dinero robado, con lo cual, éstos una vez libres… ¡a disfrutar de la buena vida!



Fotografía: arribalasqueluchan!, cc.

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