domingo, 31 de julio de 2011

No pierdas contacto

Una chica mira fotos.


«Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo…»
E. Tolle.

En la vida, siempre es preciso saber cuando se acaba una etapa, se cierra un círculo o una puerta; no hay que insistir, permanecer más allá del tiempo necesario. Cada momento es diferente porque cada situación tiene sus propias circunstancias y se viven sólo una vez.

En el crecimiento personal los cambios van ligados al crecimiento y desarrollo físico: el niño da paso al adolescente y éste al adulto que da la mano al anciano. Cada etapa es única y las vivencias están ligadas al conocimiento del tiempo en el que vivimos y todo lo que vivimos queda grabado en la memoria. 
De los recuerdos no te puedes desprender como si fuera un papel que rompes, quemas y desaparece. Los recuerdos, si son buenos y agradables, los revives con cariño y se reavivan las vivencias de momentos inolvidables; ahora que si te traen remordimientos de conciencia por tu mala conducta, no querrás recordar e intentarás evitar que afloren distrayéndote, pero están ahí y más tarde o más temprano se presentarán implacables como pidiendo justicia y te atormentarán, porque el pasado siempre vuelve.

Los que quieren evitar su pasado se les llena la boca diciendo: «yo no voy para atrás ni para coger carrerilla». Yo no voy para atrás para traer mis recuerdos, mis recuerdos están conmigo en el presente, porque mi existencia es el pasado y el presente, yo soy todas mis vivencias y recuerdos, mi pasado y mi presente.

Evocar el pasado no es algo negativo, es malo y negativo cuando te ves fea en tus acciones y te avergüenzas y te arrepientes, y cómo para escapar de ese pasado lo rechazas y no quieres recordarlo, pero no lo podrás evitar porque no lo podrás arrancar de ti y vendrán a perturbarte en la oscuridad de tus sueños.

La vida es una travesía donde la calma y las tormentas se suceden y hay que estar atentos en cada jornada, viviendo cada instante en plenitud, siempre atentos porque cada situación trae sus propias preocupaciones e inquietudes. Ayer ya pasó, hay que vivir el ahora mirando hacia el futuro porque lo que vivo me proyecta hacia el mañana, pensando y siendo consciente de nuestros actos no tenemos por qué temer ni al pasado ni a los recuerdos y nadie ha podido regresar para hacer un nuevo comienzo.

No pierdas el contacto con tu interior porque hay días llenos de amor que dan la fuerza para seguir adelante, piensa que las olas rompen contra las rocas y reponen fuerzas para volver a empezar.
La vida no es un problema es una realidad que nos ofrece un camino lleno de oportunidades, donde hay tormentas y lágrimas, alegrías e ilusiones y tiempo, mucho tiempo para soñar, para ser, para recordar.

En la vida, nada ni nadie es indispensable pero a veces es mejor alejarte de según qué personas. Rodéate de las que estén en sintonía con tu sensibilidad espiritual y con tu universo.
Dijo Marañón que «la muchedumbre no razona jamás», y yo voy a seguir teniendo esperanza aunque otros siembren odio. Seguiré sembrando aunque otros pisen la cosecha, seguiré gritando aunque otros callen y levantaré los brazos por los que se han rendido, y aún cansada de poner la mejilla te miraré a los ojos esperando de ti la verdad y la sinceridad.

La palabra nos ayuda a expresar nuestros pensamientos, sensaciones, emociones y sentimientos, pero cuando se es consciente de utilizarla como arma para causar daño, hay que pisar firme y con la seguridad de los buenos actores, representan su comedia tragicómica. En la puesta en escena se cuidan todos los detalles y para disfrazar que fingen muestran sentimientos en armonía, el aparente equilibrio emocional es el sebo perfecto para pescar adeptos y poder infiltrar su «verdad» envenenada. Aunque mal orientado, el fin justifica los medios.
En estos casos si eres la víctima, lo mejor es hacerles saber que los has descubierto, eso los va alterar más y se volverán más agresivos con tu persona, mientras le das tiempo al tiempo para que aflore la verdad y la sinceridad, el silencio es el mejor aliado para proteger los valores, el diálogo y la transparencia…

Para no perder el contacto interior, hay que estar en paz con uno mismo, conectados con Dios y con las raíces naturales: cuna y tierra. Yo no podría renunciar ni a mi cuna ni a mis raíces, sería como renunciar a mi identidad, y eso, nunca, porque si de algo estoy orgullosa es de ser hija de quién soy y de haber nacido donde nací. Por eso, cuando subo a la montaña de la Cruz de Valerón —que a su vez está rodeada de montañas y cerrando la salida al mar, la mole del Pinar de Tamadaba— veo a sus pies la casa donde nací y el pueblo de Juncalillo se despliega ante mi vista, los serpenteantes caminos se abren paso y se pierden sorteando casitas blancas llenas de voces de los que no están y de los que vienen los fines de semana.

El lugar se llena de una paz indescriptible y la Cruz, con sus brazos extendidos al viento, te abraza y el cielo te toca la cara acariciada por la brisa de Tamadaba; rezas y cantas sintiendo la quietud interior alborozada y el tiempo se aquieta y el gozo te embarga, y tu interior te envuelve y te eleva con las cometas de colores, tu universo es una fiesta… no sueñas ¡vives y sientes!

Nunca pierdas el contacto con tu quietud interior, ahí están todas las claves, todos los valores, toda la verdad y todo el sentido de la vida.

Fotografía: moominsean, cc.

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