sábado, 23 de julio de 2011

El malo, ¿nace o se hace?

Manos trabajando el barro.


Lo malo es lo opuesto a lo bueno, términos bien conocidos por todos, son los que nos catalogan, diferencian y nos distinguen. Cuando vemos a un ser malo nos preguntamos: ¿nace o se hace? Puede que tenga que ver todo un poco. Cuando nacemos traemos un gran potencial hereditario, tanto rasgos físicos como psíquicos, enfermedades y carácter.

Ya desde la cuna mostramos nuestro genio y a medida que vamos creciendo vamos forjando nuestro carácter. Si estamos rodeados de bondad, dulzura y paciencia, ese ambiente se refleja en la tranquilidad y el sosiego del niño que se mostrará libre de temores y miedos, por tanto, crecerá sano, sin traumas, contento y feliz.

Es impensable que un ser inocente pueda carecer de bondad, un niño observa e imita, copia todo lo que ve hacer a los mayores. Si vive en un ambiente hostil con gente nociva, por supuesto que se irá contaminando y será un niño molesto, travieso y malicioso, y cuando sea mayor tendremos un bellaco dificultoso e indomable, con un comportamiento ruin, desagradable y despreciable.

Las ciencias tienen como objetivo el estudio en profundidad de algo para luego poder aplicar todos los conocimientos y descubrimientos, que llevados a la práctica puedan ayudar a las personas a entender, desde un razonamiento lógico, todo lo que le desconcierta y abruma. Sabiendo el cómo y el por qué de las cosas se está más y mejor capacitados para dominar y canalizar las emociones, en equilibrio y armonía para que afloren cualidades positivas que disipen los miedos que nos atormentan frente a la dimensidad de lo desconocido.

Ciencias como la psicología, la psiquiatría, la filosofía o la sociología nos ayudan a comprender en cada momento, y en según qué circunstancia, los comportamientos y las reacciones de la gente que, aún creyendo conocer, son una incógnita.

Ver y mirar no es lo mismo, una depende del campo de visión y otra de la experiencia en la vida… Dejemos que fluya lo mejor que llevamos dentro acompañados siempre de la verdad y de la sinceridad, es el mejor vehículo que nos conduce en la vida por los senderos correctos para sentir la paz en el interior e irradiar serenidad y agradecimiento, y la cara es el espejo del alma.

Hay quien va por la vida siendo malos, muy malos y de la mentira han hecho su mejor arte, por eso van manipulando y falseando para que sus mentiras pasen por verdad. Aunque mentir lleva implícito el engaño hay que ser muy buen estratega y muy astuto para controlarse y poder disimular emociones que delaten sus pensamientos malintencionados donde va oculta toda su maldad, pero así y con todo, hay que estar un poco ciego para no detectar en la mirada y en las palabras a un villano repugnante e inmundo. A veces las mentiras fallan en sus propósitos si no van acompañadas de una manipulación engañosa y ni aún así, puede con el cazador de mentiras. Recuerden que la mentira pide memoria y los mentirosos, aún ganando, pierden.

La gente que va por la vida haciendo sufrir, dañando con acciones y mentiras, son unos depravados canallas. Gente indeseables y sin principios que merecen todo el desprecio por ruines y miserables. Sería bueno que nadie se sintiera atraído por la maldad, la mentira y el engaño y piense que el tiempo pone a cada uno en su sitio, porque al final la verdad siempre triunfa, ya que la verdad se manifiesta con su luz infalible e inalterable.

La rabia hace mala la salud. El rencor daña el hígado y la cólera envenena el corazón y un corazón podrido, está muerto…
¡Hay que ser cínicos! Resulta sintomático que aquellos que siendo malos y ruines, movidos por sus odios y rencores, se les llena la boca dando consejos, lecciones de moral y clases de pedagogía. Además de malvados, astutos para abanderarse de la ética que no poseen con tal de dar la imagen cándida y agradable. La gente con doble cara y más falsas que Judas, entre más lejos mejor.

El malo ¿nace o se hace? El malo se hace, pero siempre puede cambiar. Está claro que el malo es malo por principios, mejor dicho, porque no tiene principios éticos y morales, y a veces son víctimas de su infortunio, al no poder canalizar todas las situaciones que se le presenta se revelan contra su suerte y en respuesta a sus circunstancias no controla sus propios impulsos que le empuja a lo malévolo.
También los atormentados, gente envidiosa que vive en su sin vivir al no soportar que a otros les vaya bonito y si no consiguen sus objetivos se sienten frustrados y se vengan descargando su rabia contra quien creen que es feliz, pensando que todo le va bien.

No debes culpar a los demás de tu destino propiciado por tus propias decisiones. Hay que ser responsables y consecuentes con los actos: si salen bien, fantástico; y si salen mal, hay que apechugar y tratar de enmendar. Piensa que los errores son una buena escuela.

Tal vez sea un buen momento… Es bueno empezar el día con una dosis de ternura que perfume las acciones de todo el día hasta la noche… No seas hombre sin alma… Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco de lo mucho que tenemos… Todos estamos de visita en este momento y lugar, sólo estamos de paso… Cuando veas un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo… La fe es la manera de tener lo que esperamos, y el medio para conocer lo que no vemos… La vida es siempre lo que queda por vivir… Vive tu vida y deja que los demás vivan la suya…

Sé buena gente humana y bondadosa, vive conforme a la moral con talante divertido, servicial y agradable, que obras son amores. Recuerda que tus acciones son testimonios que hablan de ti. Respeta para que te respeten.

Fotografía: Kannan B, cc.

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