jueves, 25 de febrero de 2010

Hoy es un día triste

Una sesión en el senado.


Hoy es un día triste… Hoy, no hemos avanzado hacia el progreso de la civilización… Hoy, hemos retrocedido a las cavernas más primitivas y salvajes. El Pleno del Senado aprobó este miércoles de manera definitiva la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, en unos días será publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y entrará en vigor dentro de cuatro meses. La nueva ley —que no es de ley— permite abortar libremente en las 14 primeras semanas de gestación y hasta la 22 cuando se detecten graves peligros para la salud de la madre o malformaciones en el feto ¿?

Uno de los puntos más polémicos… una de las barbaridades más bárbaras es la que tiene que ver con las menores. Menores, niñas que hay que educar en la responsabilidad, en ser consecuentes con sus actos, en el respeto a las personas y en el amor a la vida. Menores que facultamos a que no tengan respeto ni a sus padres, ni a sus actos, ni a la vida. Algo tan hermoso como la maternidad, para estas niñas inmaduras e irresponsables, se les pone medios y facilidades para que un embarazo, de una relación precoz e irresponsable, como si de un anticonceptivo se tratara, lo solucionen con la crueldad de la insensibilidad más bestial: matar a su bebé. Porque las facilidades para estas niñas queda de la siguiente manera: las chicas de 16 y 17 años pueden abortar libremente, pudiendo informar al menos a uno de sus padres o tutores legales de su deseo, salvo que puedan alegar fundadamente que dicha comunicación pueda suponerles «un peligro cierto de violencia intrafamiliar, amenazas, coacciones, malos tratos o se produzca una situación de desarraigo o desamparo»… Paso a paso nos van deshumanizando y así, no sé a dónde vamos a parar…

«La humanidad, partiendo de la nada y con su sólo esfuerzo, ha llegado a alcanzar las más altas cotas de miseria».
Groucho Marx.

Estas niñas rebeldes se crecen con esta sinrazón. Serán las que coaccionen y amenacen a sus padres y se irán labrando su vacío personal con la ausencia de valores, el desprecio a la vida y el desencanto que las aboca a la búsqueda del sentido a su existencia vulnerada que desea olvidar, para ello se entregan al desenfreno y al consumo de sustancias inapropiadas.

La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, es el colmo del despropósito. A los 16 años puedes «abortar/matar a tu hijo» y no puedes ponerte un piercing ni hacerte un tatuaje sin consentimiento paterno, tampoco puedes comprar tabaco ni alcohol, aunque las plazas de España están llenas de menores chupando botellón, puedes conducir un ciclomotor y no un coche, no puedes ir de excursión sin la autorización firmada de los padres, puedes trabajar y no puedes tener cuenta corriente…

Nuestro país necesita tener frente al gobierno a personas con responsabilidad, coherencia, valores, humanidad, dignidad, raciocinio y sentido común, que trabajen por la educación, la libertad, la igualdad y el bienestar social y el equilibrio emocional de todos y cada uno.

PREGUNTA UN NO NACIDO

Me gustaría saber…
Madre, cuál fue ese supuesto,
para arrancarme la vida
y a mí preferirme muerto.

Es que no estoy casada…
Es que se me estropea el cuerpo…
Es que a mí me violaron…
Es que ahora no es el momento…

¿Es que no tienes sangre
que a ti te caliente el cuerpo?
¿Es que tu corazón no late?
¿Es que no tienes sentimientos?

Ahora pasarás la vida
como un continuo tormento,
pensando en la criatura
descuartizada en tu seno,
clamando a una madre
que permitió acto tan cruento.
Tu vientre no ha sido nido…
Ha sido un cementerio.

No acallemos la conciencia
con uno u otro supuesto.
Un crimen será siempre un crimen;
no es que han cambiado los tiempos.
 No digas que la sociedad avanza:
el aborto es un retroceso.
Volvemos a las cavernas
de primitivos instintos;
salvajemente se mataba,
sin ley, sin miramiento,
pisoteando al más débil.
De esa conducta me avergüenzo.
No te justifiques, madre,
que no tienes salvamento.

¿Por qué tu madre no hizo
lo mismo que conmigo has hecho?
¡Arrancarte el corazón
sin escuchar tus lamentos!
Así yo hoy no estuviera
recibiendo tu desprecio.
Mi débil cuerpo hecho trizas,
abandonado en el suelo.
Esperando que tu mirada
se cruzara con mis ojos
y vieras que aún mis labios
te decían: madre, ¡te quiero!

Fotografía: Web del Senado de España.

No hay comentarios :

Publicar un comentario